La medalla de bronce lograda por el vigués de la Escuela A.D. Tao Samuel Meilán (-49 kilos) en la President's Cup de Alemania pone de manifiesto que la saga de los Meilán tiene el futuro garantizado.

El taekwondo es el origen de una familia que ha ido creciendo dentro del tatami de un gimnasio que Miguel Meilán abrió, con una socia, allá por 1985. Con cuatro años sus hijos, Samuel y David (tres años menor), empezaron a seguir sus pasos. "A partir de ahí iniciamos una saga", dice Samuel Meilán, que acaba de retirarse tras conquistar junto a su mujer, Nerea Alamancos, su última medalla internacional, el bronce en el Mundial de Técnica y Freestyle de China-Taipei, en pareja 2. A nivel individual, Samuel Meilán también subió al tercer cajón del podio en sénior 2.

Y es que el taekwondo es el nexo de unión de una familia para la que el deporte es su modo de vida. "Nerea y yo nos conocimos en el gimnasio. Ella hacía ballet y a los 13 o 14 años, si quería seguir ese camino, tenía que irse a Madrid", dice Meilán. Fue cuando apostó por el taekwondo. "Empezamos a salir a los 16 años", rememora. Hoy son padres de una niña de cuatro años, Martina, que empezó a vestirse el 'Dobok' el año pasado. "Está explorando", dice su padre. "Por ahora le gusta, nunca se sabe si después me dice que no quiere saber nada", bromea.

También en el tatami se conocieron David Meilán, hermano de Samuel, y Noelia Irago. Son los padres del pequeño Samu, que acaba de ganar el bronce en Alemania. "Mi hermano David, que atesora algunos títulos nacionales, tuvo que dejarlo un tiempo para irse a trabajar a Inglaterra", explica Samuel Meilán. Con él se fue Noelia, que también formaba parte del grupo de entrenamiento, pero que hoy en día ya no compite. Su hermano, en cambio, forma ahora parte del grupo de exhibición que habían formado para el concurso televisivo Got Talent.

Es ahora el joven Samu el que toma el relevo, aunque destaca en la modalidad de combate. De su entrenamiento se encarga el abuelo, Miguel Meilán, como hizo en su día con sus dos hijos. "Era duro, bastante duro", dice Meilán. "Ahora con los años es más blando, pero con nosotros fue muy duro; aunque ahora creo que yo soy bastante más duro que él. Los chavales me tienen ahora más respecto a mí", indica.

Samuel Meilán está gratamente sorprendido por el resultado de su sobrino en Alemania, en el que era su primer torneo internacional importante. "Me ha sorprendido. Cuando era más pequeño tampoco le veías muchas maneras, pero ahora con el paso de los años está sacando muy buenos resultados. Es muy listo compitiendo y eso es muy importante. Si sigue manteniendo la cabeza encima de los hombros puede lograr cosas importantes", apunta. El joven tiene en casa buenos espejos en los que verse reflejado. "Esperamos que siga así". Por ahora no siente responsabilidad ni el peso del apellido Meilán. "Él va a entrenar tranquilo", sostiene su tío. "Ahora va a empezar en campeonatos más importantes y veremos cómo aguanta esa presión", indica.

En Alemania, Samu Meilán Superó en la primera ronda al bieloruso Anton Harbatsevich con contundencia (40-0). En cuartos de final se cruzó con el griego Apostolos Pantazis y tuvo que luchar al máximo para superarlo (27-25). La semifinal fue contra el alemán Noah Chan, ante el que no pudo lograr su clasificación para la final al perder en el punto de oro.

Ahora, en el campeonato de España tendrá la oportunidad de luchar por el billete para el Europeo. "Nosotros, cuando teníamos su edad, estábamos prácticamente empezando a competir y Samu lleva ya cuatro o cinco años compitiendo", compara su tío. "Antes el combate era a partir de los 12 años y ahora es a partir de los 8, además antes teníamos uno o dos campeonatos al año y ahora ellos tienen uno casi cada fin de semana y eso les da una experiencia que no tuvimos nosotros. Samu en eso ya está de vuelta", analiza Samuel Meilán, que valora también lo aplicado que es su sobrino en el tema académico. "No tiene problemas en el colegio, lo lleva bien, y si en el futuro quisiera dedicarse al taekwondo de forma más profesional en un centro de alto rendimiento no tendría problemas en ese sentido". Él nunca estuvo becado aunque sí que se concentraba un par de semanas antes de un Europeo o un Mundial.

Ahora, mientras ven a las nuevas generaciones de su saga florecer, Samuel Meilán y Nerea Alamancos se adaptan a su nueva vida tras retirarse de las competiciones, pese a que siguen vinculados al taekwondo como entrenadores. "Estoy empezando a descubrir una vida que no existía para mí", dice el medallista en Taipei. "Me levanto los domingos por la mañana y me quedo en casa tranquilamente, puedo ir a cenar un viernes o un sábado por la noche con los amigos sin problema y es algo que antes muy pocas veces podía hacer. Ahora estoy disfrutando de esta etapa", reconoce. Antes tanto él como Nerea Alamancos competían todos los fines de semana. Un ritmo agotador. Ahora quieren disfrutar de la familia, una familia con un vínculo especial que reúne a abuelos, tíos, primos, sobrinos o cuñados. Imposible no hablar de taekwondo en una reunión familiar en casa de los Meilán.