Poco premio se llevó el Val Miñor para el trabajo realizado durante los noventa minutos de juego. Los de Nigrán controlaron el partido durante ochenta minutos, pero eso diez en los que bajaron la guardia le pasaron factura y no fueron quienes de hacerse con la victoria ante un Racing de Santander que recorta diferencias con la cabeza de la competición tras la derrota del sábado del Celta en A Madroa.

En los primeros cuarenta y cinco minutos de juego el partido no tuvo color. El equipo local dominó el encuentro de principio a fin ante un Racing al que le costaba pasar de medio campo. El problema que tenían los jugadores locales no era otro que la falta de acierto ante la portería local, ya que dispusieron de muchas oportunidades.

Sin embargo, el gol llegó en el momento menos oportuno, cuando parecía que la jugada no llevaba demasiado peligro, acertando Brais a marcar a ocho minutos para llegarse al tiempo de descanso.

En el vestuario, el entrenador local, Álex Villar, hizo hincapié sobre la importante de salir concentrado en los primeros minutos de la segunda parte, pero los jugadores no le hicieron demasiado caso, y los santanderinos le dieron la vuelta al partido en los primeros once minutos de juego, marcando Mateo en un intervalo de dos minutos.

Fueron dos tantos que devolvieron a los jugadores locales a la realidad del partido, retomando el timón del encuentro y volviendo a poner cerco a la portería cantabra. Sin embargo, una vez más, el poco acierto ante la portería fue clave para que los jugadores del Val Miñor no fueran capaces de llevarse la victoria. De hecho, incluso fallaron una pena máxima, mientras que el conjunto visitante no fue capaz de llegar con peligro al área local.

En los minutos finales, el Val Miñor quemó todas las naves buscando el tanto de la igualada, pero de nuevo fallaron en el último instante, sin conseguir que lograran una victoria de prestigio.