Los números de Lewis Hamilton causan vértigo. El británico sumaba ayer en Suzuka la 71.ª victoria de su palmarés, la novena de la temporada y cuarta consecutiva. Seis primeros puestos y dos segundos en las ocho últimas pruebas. Una victoria de auténtico campeonato, porque el título, el quinto, lo acaricia ya con los dedos. Y es que su renta sobre Sebastian Vettel, que sólo pudo ser sexto en Japón, es ya de 67 puntos (331 por 264) cuando restan cuatro carreras por disputarse: Estados Unidos, México, Brasil y Abu Dhabi. Las cuentas son fáciles: le basta con una segunda y una tercera plaza de aquí al final del curso (33 puntos) para conseguir esa quinta corona aunque el alemán de Ferrari gane las cuatro citas pendientes (100 puntos). En tal supuesto empatarían a 364, ganando el inglés el desempate por puestos. Pero es que en el circuito de Austin, en dos semanas, puede Hamilton cantar ya el alirón o lo que sea que se cante en el "Circo", si logra 8 puntos más que Vettel (primero y tercero, segundo y quinto?). Y entonces habrá igualado los cinco títulos de Manuel Fangio y sólo mirará desde abajo los siete de Michael Schumacher, el único también que le supera en número de carreras ganadas (91).

Una victoria la de ayer, además, extremadamente cómoda, sin tensión. Un nuevo paseo dominical a bordo de la flecha de plata. De principio a fin, sin ceder el liderato ni para cambiar neumáticos. Tan plácida que a media docena de vueltas para el final, y ante la ausencia de indicaciones o avisos por radio, llegó a preguntar a sus ingenieros si seguían en sus puestos o si ya habían tomado el camino del podio. Una victoria gestada en una magnífica salida tanto suya como de Bottas, el escudero fiel. Y para allanar aún más su camino apareció el holandés Verstappen, tercero en la parrilla, que solventó el intento de adelantamiento de Raikkonen en la primera vuelta saltándose la chicane y enviando al finlandés al prado en una nueva acción descontrolada del tan genial como irresponsable piloto de Red Bull, convertido ayer en el mejor aliado de Mercedes y en la bestia negra de Ferrari.

Hamilton y Bottas ponían así tierra de por medio ante Verstappen mientras Vettel, octavo en la parrilla tras el desastre vivido el sábado en la clasificación por culpa de los estrategas de Ferrari, se colocaba cuarto casi al tiempo que Magnussen cometía su enésima equivocación del año y provocaba un coche de seguridad virtual al impedir de manera irregular el adelantamientos de Leclerc. "Es y siempre será un estúpido", se oyó por radio proclamar al monegasco, lo que refuerza las apreciaciones de Alonso respecto al piloto de Haas.

Cuando se abría de nuevo la carrera (vuelto 8) Vettel fue incapaz de aguantar los nervios. Ser cuarto no le valía en su pelea con Hamilton por el título y entró en un cuerpo a cuerpo suicida con Verstappen, un tipo que nunca deja hueco y que lleva retrovisores en su monoplaza porque le obliga el reglamento, no para hacer uso de ellos. Ambos se tocaron en plena curva y en el reparto de culpas ganó Verstappen, que ya había sido sancionado con 5 segundos por su acción sobre Raikkonen. Mientras el de Red Bull lograba mantener la posición el de Ferrari se marcó un trompo fuera de la pista para caer hasta la última plaza del grupo. Las escasas aspiraciones que le podían restar a Vettel se escapaban entonces por el sumidero. Realizó nada menos que 17 adelantamientos en pista pero pese a ello tanto error acumulado a lo largo del fin de semana sólo le permitieron ser sexto al final.

Nueva jornada en la oficina para Fernando Alonso, decimocuarto al final tras ganar cuatro posiciones en carrera y superar una vez más a su compañero de equipo, el belga Vandoorne. Pleno en el año. Le castigaron con 5 segundos por supuestamente haber ganado una plaza de manera irregular ante Stroll, que le empujó fuera de la chicane, y se tomó la revancha con un adelantamiento superlativo al piloto de Williams en la vuelta 38. El propio Stroll fue tras la carrera a hablar con el ovetense, que estaba para pocas explicaciones.

Ahora deberá Alonso cambiar el chip de inmediato, pues en cuatro días comenzará los entrenamientos de las 6 Horas de Fuji, la cuarta cita del Mundial de resistencia que el asturiano lidera con el equipo Toyota junto al suizo Buemi y el japonés Nakajima. Una carrera mucho menos mediática que las de Le Mans o Silverstone pero especialmente importante para su escudería, ya que el circuito de Fuji es propiedad de la firma nipona.

Carlos Sainz sumó un punto de oro. Undécima carrera que finaliza este año en los puntos , sólo detrás de los números de Hamilton (17), Vettel (17), Bottas (16), Raikkonen (14) y Verstappen (13), e igualando los de Ricciardo.