Jorge Prado huele a Campeón del Mundo de MX2 y lo demostró en Assen. Está tan convencido de que este título no se le puede escapar, que pilota con una superioridad abrumadora. Prado volvió a escribir una página de oro: pole, dos holeshot, vuelta rápida, victoria en dos mangas y placa roja. Mejor imposible.

El laurel de campeón del Mundo podría colgárselo el 30 de septiembre en la pista italiana de Ímola. Le basta con terminar decimosexto en una de las dos mangas para sumar los 5 puntos que le darían matemáticamente el campeonato.

En Assen, el gallego volvió a tirar de talento y prolongó la racha de éxitos que le acompaña desde que hace 4 años se celebrara el primer gran premio en la catedral. Desde entonces, logró todo tipo de heroicidades sobre las toneladas de arena que los militares holandeses esparcen en Assen -Campeón de Europa de 125 c.c. (2015); debut en el Mundial de MX2 y podio (2016); y triunfo (2017)-. Una racha que no podía romper este año.

La gran incógnita era comprobar cómo el lucense afrontaba la tensión. Si los nervios podían atenazarle. Nada de nada. Jorge se comportó como un veterano, estuvo tranquilo durante todo el fin de semana y exhibió un grado de confianza digno de alguien que es muy superior a sus rivales.

La última carrera en Ímola tendrá un formato de pista artificial similar al de Assen, pero en lugar de arena será en terreno duro.