Tres décadas después de abandonar el club, Rafa Sáez regresó ayer a la disciplina del Arosa, en esta ocasión, para hacerse cargo del equipo como técnico y elaborar una plantilla que ilusione a la afición arlequinada. Pontevedrés de nacimiento, aunque criado en el club arlequinado, Sáez arrancó en su presentación reconociendo que "siempre tuve la sensación de que en algún momento regresaría a esta casa, y ahora creo que es un buen momento para hacerlo".

El feelling entre las dos partes quedó claro desde el inicio de las negociaciones, por lo que no resultó complicado un acuerdo. Sáez tiene ahora por delante el reto de diseñar la nueva plantilla del Arosa, un reto en el que comenzó a trabajar ayer mismo para "crear un equipo lo más competitivo posible dentro de la capacidad económica del club". Una de las primeras cuestiones que tendrá que resolver será la composición de su cuerpo técnico, a lo que se suma su intención de modificar los hábitos de entrenamiento, fijando las sesiones a primera hora de la tarde para poder contar con un campo completo, una decisión que "servirá para atraer jugadores que nos puedan dar un plus de mejora y competitividad".

El siguiente paso a dar es la confección de la plantilla. En el plazo de siete a diez días, Sáez espera solventar las renovaciones y las bajas, antes de comenzar a cerrar las nuevas incorporaciones. "Quiero gente con ambición, ganas de progresar, con energía, y sobre todo, con ilusión de ser futbolistas; el equipo será aguerrido y difícil de superar, pero no estará exento de calidad", explicó ayer. Precisamente, la ilusión es una de sus máximas para el objetivo que se marque el club al inicio de la temporada. "Debemos movernos entre la obligación y la ilusión; el Arosa no va a contar con el presupuesto más alto de la categoría, pero eso no debe ser un handicap a la hora de hacer una plantilla". Es más, el técnico insiste en que sus jugadores deben tener "ilusión y ganas de progresar, porque sin estas dos máximas, no habrá calidad".