El Atlántida de Matamá sumó ayer ante el Friol su tercera derrota consecutiva, y cuarto partido sin ganar, en un choque que comenzaron ganando las viguesas pero que no supieron cerrar en los momentos claves.

El conjunto de Matamá llegaba muy justito al choque. Con sólo 14 jugadoras disponibles y varios cambios de posición, sabían las locales que iba a ser un choque complicado, pero este empezó como lo habían planeado, intentando recuperar el balón lo más arriba posible y atacar rápido a la espalda del rival. Así, en el minuto 11 parecía que todo se ponía de cara para las viguesas cuando, en un córner, Carmen Ceide remató hacia su propia portería y llegó el primer tanto local.

Este gol dio más confianza al Matamá que siguió creando peligro. En el minuto 20 en otro contraataque, un balón a la espalda deja a Pau sola ante la portera visitante, pero dudó y echó el balón por encima de la portería. Poco después, en un contragolpe del Friol: un lanzamiento desde fuera del área, que tocó en una jugadora del Matamá y despistó a Kily. El gol hizo daño a las viguesas, que se descentraron y en el tramo final de la primera parte defendieron muy desorganizadas.

En la segunda parte, las chicas de David Ferreiro salieron más ordenadas, pero el Friol las pilló en un nuevo contragolpe y logró el segundo tanto. Volvieron a tener su opción las viguesas sólo unos minutos después, pero Sara Debén, en una situación muy clara, disparó muy alto. Y poco más. Regresaron las prisas, los nervios y la falta de cabeza, por lo que el equipo estaba cada vez más desordenado y aunque hubo alguna ocasión, con más corazón que cabeza, no hubo acierto en los metros finales y los puntos volaron del Penedo da Moo.