El Frigoríficos del Morrazo logró, arropado por su afición, una importante y solvente victoria ante el Bada Huesca. Los cangueses salvan su primera bola de partido, la primera de las siete finales que le restan en su feudo hasta final de temporada si quiere soñar con mantener la categoría. En los minutos finales supo sufrir para que no se repitiese el desenlace del encuentro de hace dos semanas ante Puente Genil.

La importancia del partido y de los puntos era evidente desde el principio para el Cangas, que enseguida se puso con un marcador de 6-3. Fue algo momentáneo porque el Huesca reaccionó de inmediato y con un parcial de 0-3 devolvió las tablas al marcador (7-7). A pesar de la presión y de la trascendencia del choque el Frigoríficos supo jugar con la pausa necesaria y gracias a los goles de Nikola Potic y Nikola Milosevic fue capaz de volver a dar otro pequeño estirón (11-8, min.19), que obligó a pedir tiempo muerto a José Francisco Nolasco. Esa diferencia aún llegaría hasta un 12-8 después de un gol de Suso Soliño, aunque al final del primer periodo el electrónico reflejaba un 16-14.

La igualdad en el marcador se mantuvo durante los primeros minutos del segundo tiempo, pero poco a poco el Frigoríficos empezó a despegarse. En el minuto 45 el Cangas, tras dos goles de Potic, se situaba de nuevo con un 23-20. Esa ventaja quedó reducida a un 23-22 después de dos goles seguidos de Todorovic, pero fue solo un espejismo antes del definitivo golpe de mano del Cangas. De ese 23-22 en el minuto 46 se pasó a un 28-22 en el minuto 52. Cerqueira, Suso Soliño, Alen y dos acciones consecutivas de un decidido Serafín Pousada dieron el impulso necesario al Frigoríficos.

Pero a este equipo parece que le está prohibido alcanzar un final tranquilo de partido. Los árbitros excluyeron de manera consecutiva a Pablo Castro y Eloy Krook, lo que dejó al Cangas con cuatro jugadores. El Frigoríficos fue capaz de sortear esa adversidad y al final se llevó un merecido triunfo por 31-26.