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Demasiado castigo a un buen Celta

El equipo de Berizzo sucumbe a la contundencia de Iborra tras resistir a un gran Sevilla en un hermoso y agitado primer tiempo

Fabián Orellana remata en posición acrobática un centro de Iago Aspas en una de las mejores jugadas de ataque del Celta en el partido. // José Lores

El fútbol castigó ayer a un buen Celta con una derrota excesiva ante el Sevilla, el pujante equipo de Jorge Sampaoli, que goleó a los celestes en un partido espléndido, lleno de alternativas en el juego y peligro en las áreas. El choque, marcado por un hermoso intercambio de golpes en un agitado primer tiempo, se resolvió tras la reanudación gracias al instinto goleador de Vicente Iborra, un protagonista inesperado que desniveló la balanza después de sustituir al lesionado Nico Pareja al inicio del segundo tiempo. El gigantón valenciano abrió el marcador en el minuto 50 cabeceando sin oposición un córner botado por Sanabria que pilló a Rubén a media salida, amplió la cuenta al contragolpe en un mano a mano con el portero céltico y cerró el triunfo nervionense transformando un claro penalti de Gustavo Cabral a Correa.

La eficacia y contundencia con que el Sevilla golpeó la portería celeste no restan méritos al partido firmado por el conjunto de Berizzo, que se fajó sin complejos y en el choque de puños con un adversario mucho más vigoroso, llevó claramente la iniciativa durante buena parte del primer tiempo y presentó batalla sin claudicar hasta que el resultado se convirtió en una losa demasiado pesada de sujetar. Nada que reprochar al Celta, que volvió encontrar belleza en la derrota frente a un adversario formidable, capaz de conjugar un físico imponente con un talento descomunal. Tipos como M'Zonzi, Iborra, Franco Vázquez o Nasri o no son fáciles de detener.

duelo de bielsistas

El choque entre celestes y nervionenses puso frente a frente a los que seguramente son los dos discípulos más aventajados de Marcelo Bielsa: Eduardo Berizzo y Jorge Sampaoli. Ambos comparten su credo futbolístico y lo trasladan al campo con los medios a su alcance. Los matices de la propuesta puede cambiar en función de los recursos disponibles pero es siempre reconocible la apuesta por gobernar los partidos con la pelota, la intensidad en la presión a la salida del balón en campo contrario, la querencia por las marcas individuales y su inequívoca vocación ofensiva. Sampaoli conquistó para Chile su primera Copa América; Berizzo hizo campeón de la liga chilena al modesto O'Higgins. Sampaoli ha vuelto más atractivo y eficiente el juego de un pentacampeón de la UEFA; el Toto ha devuelto al Celta el brillo de los buenos tiempos.

entra aspas, sale guidetti

Una vez recuperado Orellana, Berizzo ha dejado claro que el doble nueve con Aspas y Guidetti no es su opción de ataque predilecta. Y menos frente a un adversario con semejante poderío físico en medio campo. Frente a los hispalenses, el Toto recuperó su esquema más clásico, el 4-3-3, con el moañés como referencia en punta y Orellana y Pione Sisto en las bandas, aunque el chileno intercambiando su posición con Wass por detrás del delantero.

Con este dibujo, el equipo funcionó bien durante casi una hora, hasta que Iborra abrió el marcador y el Celta se volcó desordenándose en busca del empate.

Pero en el primer tiempo, Aspas, Orellana y Wass rondaron el gol. El moañés obligó a Sergio Rico a lucirse tras recibir una gran pase de Sisto en el corazón del área y Orellana precisó mal el remate después de una hermosa jugada de Iago, que puso un gran centro sobre la línea de fondo tras ganar el área sorteando contrarios. Sisto, además, cabeceó a la derecha del portal un buen servicio desde la izquierda de Orellana al segundo palo y Wass puso en muschos aprietos a Rico con un obús desde fuera del área.

No solo el Celta generó peligro. Rubén Blanco evitó, con dos manos providenciales, el gol de Sevilla, abortando primero un uno contra uno con Franco Vázquez tras un pase filtrado al área por Nasri y rebañando luego la pelota a Ben Yedder, casi en boca de gol, con una parada portentosa.

Fue el primer gol de Iborra elque cambió el decorado. Fue entonces cuando Berizzo tiró de doble nueve y echó el resto dando entrada primero a Guidetti y posteriormente a Bongonda y el equipo se volcó en busca del empate. Pero como le ocurrió hace unos meses en el Sánchez Pizjuán en la semifinal de Copa, los andaluces aprovecharon los espacios que el Celta dejó a su espalda para correr el contragolpe.

El segundo gol es una contra de manual. La jugada la inicia el propio Iborra, que tira una diagonal hacia Vitolo, galopa hacia el portal de Rubén y recoge él mismo recoge el pase del canario entre los centrales célticos para batir al portero céltico. El tercero, de penalti, llega también después de un contragolpe por derribo de Cabral a Correa.

rubén se asienta

Después de siete partidos consecutivos (5 en la Liga y 2 en competición europea), resulta evidente que las rotaciones en la portería son historia para Berizzo. Rubén parece haber convencido al técnico de que es su mejor opción y el mosense a respondido a su confianza con buenas actuaciones, aunque sin realizar una faena del todo redonda.

Frente al Sevilla sin ir más lejos, tuvo dos intervenciones asombrosas, propias de un porterazo, pero se quedó a media salida en el primer gol de Iborra, que (aunque no le ayudan nada los defensores) acaso habría parado de quedarse en la portería. Las malas decisiones en las salidas son su punto más débil.

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