Una década. Es el tiempo que separa el partido ante el Werder Bremen y el que dentro de unas horas medirá al Celta frente al Panathinaikos. Europa regresa a Balaídos. Es el momento de soñar despiertos, de esbozar una sonrisa ante el presente que atraviesa el conjunto vigués. El camino que separa ambas fechas ya pertenece al pasado. Del extasis de los dos goles de Aspas ante el Alavés o de la milagrosa permanencia hace tres años y medio a aquellas duras tardes en Segunda División con solo 6.000 aficionados en la grada. Por tantos y tantos momentos el celtismo encuentra razones para disfrutar, para paladear cada momento de la previa y del encuentro que en escasos minutos arrancará en Balaídos.

El Celta ha ido espantando los fantasmas de un inicio de temporada dubitativo. La sorprendente derrota sufrida ante el Leganés provocó que se activasen las alarmas. Real Madrid y Atlético consolidaron una dinámica peligrosa, una barrera que el equipo comenzó a solventar gracias al empate en Lieja y a los tres últimos resultados en Liga (un empate y dos triunfos consecutivos). Esas heridas han ido cicatrizando poco a poco. El cuadro de Berizzo ha mejorado en el juego en ambas áreas y poco a poco va recuperando el estilo que le ha convertido en uno de los equipos que mejor fútbol práctica en el Viejo Continente. El "fútbol de salón" está de vuelta.

Ese fin de la dinámica que se inició en Europa debe consolidarse de nuevo en la segunda cita continental de la temporada. Es, si cabe, más especial que el debut en tierras belgas. Europa League, antes Copa de la UEFA, regresa a Balaídos. El Celta necesita ganar para encarrilar la clasificación. Enfrente estará el Panathinaikos, otro histórico, un equipo que llega ´tocado´ tras empatar en la Superliga griega y que busca una inyección de confianza en Europa. Berg, compañero de Guidetti en la selección sueca, y Ledesma son las grandes amenazas para un cuadro celeste que, a priori, presentará un once con novedades con respecto al conjunto que asaltó Cornellá-El Prat el pasado domingo.

Berizzo parece que volverá a apostar en esta Europa League por su 4-3-3 habitual. El guión previsto del encuentro invita a pensar que el Celta llevará la iniciativa del encuentro. Los helenos, en principio, no disputarán la posesión. Su principal baza será sorprender a la contra. El Celta tendrá el desafío de derribar la muralla griega, un entramado defensivo de tres centrales en el que la aportación de Rossi, Guidetti o Aspas serán fundamental para que Balaídos vuelva a celebrar un triunfo europeo.