Carlos Mouriño mantiene abiertas todas las opciones respecto al futuro institucional del Celta. El presidente medita traspasar el cargo a algún miembro de su familia, contratar a un presidente ejecutivo profesional o vender su paquete accionarial, que es mayoritario. Esta última es la alternativa más probable a día de hoy. Mouriño tiene sobre la mesa las ofertas de dos grupos de inversión: uno de Estados Unidos y otro de China, que ha presentado la propuesta más elevada y consistente.

No se han producido novedades desde que Carlos Mouriño expuso públicamente, en un desayuno con los medios de comunicación celebrado el pasado jueves día 8, la encrucijada a la que se enfrenta. Mouriño entiende que se aproxima el momento de dejar la presidencia. Como empresario se alimenta de retos y entiende que el principal que le quedaba en el Celta, la construcción de una ciudad deportiva, está definitivamente bloqueado. En consecuencia, se dispone a entregar el testigo.

La vía familiar es la primera que ha considerado. Pero Carlos y Marian, sus hijos, dirigen diferentes divisiones del conglomerado empresarial que la familia posee en México. Están allí muy asentados y aunque no se puede descartar, se antoja casi imposible que uno de ellos suceda a su padre.

Los Mouriño podrían conservar sus acciones del club, pero entregando su gestión a un presidente ejecutivo contratado al efecto, quedando ellos en segunda línea, liberados del desgaste diario que supone un club de fútbol. Fue la fórmula que empleó la familia Asensio mientras fueron dueños del Mallorca, con Salvador Alemany como lo que entonces se denominaba consejero delegado. Esta vía se encuentra en fase de estudio. El candidato ideal hubiera sido el actual director general, Antonio Chaves, pero éste se siente vinculado a Mouriño y regresará al ejercicio de la abogacía cuando el presidente se marche o dé un paso atrás.

La tercera opción es la venta del paquete accionarial. Mouriño posee a través de sus empresas el 52,26% de los títulos del Celta. Y tiene dos ofertas de adquisición concretas. La más elevada es de un grupo inversor chino. Existe otra, de un grupo estadounidense, aunque no se puede descartar que también haya inversores chinos involucrados en su estructura. Ha habido otras llamadas, pero ninguna traducida a números concretos como estas dos. A día de hoy, la oferta del grupo chino sería la opción que Mouriño está considerando con mayor seriedad.