El español Alberto Contador (Tinkoff) no acusó tanto como se esperaba su caída en la jornada previa en un día en el que se reivindicó y aseguró que su lema es "querer es poder y es el momento de aplicarlo".

"He mantenido la cabeza fría y me he marcado mi ritmo", manifestó nada más cruzar la línea de llegada del Alto de la Camperona. Entre los favoritos reconoció que "no he podido seguir" el ataque del colombiano Nairo Quintana (Movistar), nuevo líder de la Vuelta a España.

Una vez finalizada la etapa, su intención era regresar lo antes posible al hotel para "trabajar con los fisioterapeutas y las máquinas como hicimos ayer para recuperarme". "Estoy más contento de lo que podía esperar antes de comenzar la etapa porque el objetivo era salvar el día. Mañana -por hoy- volverá a ser lo mismo, aunque lo mejor habría sido poder descolgar a todos. Iremos día a día", explicó.

Aunque perdió tiempo con Quintana, el madrileño se mostró satisfecho por haber "metido tiempo a otros rivales, algo que no podía imaginar" porque tras caerse en Puebla de Sanabria "pensé que se acababa la Vuelta para mí". Al respecto de la etapa que finalizará mañana en el Alto del Naranco destacó que tiene grandes diferencias con la llegada en La Camperona, aunque sea menos duro, porque "hay varios puertos antes".

El madrileño recordó que comenzó la Vuelta "muy penalizado" después de haber perdido tiempo en la contrarreloj por equipos y "haber pasado un mal día" en el Mirador de Ézaro. Lo que no quiere pensar es "en mala suerte" aunque "no voy a volver a usar la bicicleta negra, porque me caí en el Tour y ayer- por el viernes- me volví a caer con ella".