Nico, hincha del Blusens Universidade de Vigo, deposita un billete en la hucha que sostiene Marcos Muñiz, un cerdito con la casaca negra y el helecho plateado de los All Blacks. Es el primer donativo que queda inmortalizado como oficial en el proyecto "Dream Bit Aotearoa". Cuatro jugadores del Blusens, Muñiz, Uruburo, De Cabo y Abadía, intentan reunir el dinero necesario para viajar a Nueva Zelanda cuando concluya la temporada española. Allí, de la mano de Norm Maxwell, conocerán los entresijos del mejor rugby del planeta. Pigmaul, tal y como han bautizado la hucha, todavía tiene la tripa demasiado vacía. "Nos acompañará hasta lograr nuestro objetivo. Luego le llegará su San Martiño", prometen los implicados.

El Vigo Rugby Club, que era más bien de inclinación galesa en sus orígenes, ha volcado su amor hacia Nueva Zelanda desde que David Monreal y Norm Maxwell irrumpieron en la vida de la entidad en verano de 2010. Con ellos se vivió el ascenso histórico a División de Honor y de su mano llegaron jugadores extranjeros, de Nueva Zelanda y otras zonas de Oceanía principalmente, de un nivel que jamás se soñó presenciar en As Lagoas.

Hoy en día son Maxwell, como entrenador, y Maka Tatafu, tongano pero residente en Nueva Zelanda, los que conservan esa vena, aunque en realidad el estilo neozelandés impregna a todo el club. El Vigo Rugby planea un gran desplazamiento a las antípodas de directivos, jugadores y canteranos en 2017. El viaje de los cuatro jugadores este año serviría como avanzadilla y preámbulo.

Carlos de Cabo, Marcos Muñiz, Javier Abadía y Adolfo Rodríguez Uruburo juegan en el primer equipo y ejercen de entrenadores en las categorías inferiores. Muñiz, Abadía y Uruburo son de los que más brillante futuro tienen. De Cabo presume de pasado como uno de los históricos del club. El coruñés, a sus 40 años, sigue devorando kilómetros de autopista cada semana, sin desmayo. Todos ellos anhelan recaudar lo necesario para efectuar este viaje a Aotearoa, que es como se conocía a la Isla Norte en idioma maorí y ahora la denominación general de Nueva Zelanda: la tierra de la gran nube blanca. "Es un sueño que tengo desde que era niño", confiesa Abadía. Muñiz concreta sus objetivos: "Jugar a un nivel top y aprender la cultura de este deporte que amo tanto". Gracias a Maxwell, se entrenarían con equipos de élite y disputarían partidos.

Queda un largo trecho hasta entonces, mayor incluso que atravesar el planeta de parte a parte. Los protagonistas realizarán el camino a Santiago partiendo desde Vigo el 12 y 13 de marzo. Ese acto promocional constituirá el primer paso. En el facebook del club se detalla cómo colaborar.