El Celta había codiciado el fichaje de Ylenia Manzanares durante muchos años. La estimaba como profesional. La sufrió como rival. Cuando Carlos Colinas comprobó hace pocas semanas que la alero faltaba en una alineación del Andratx, antes incluso de que se hiciese oficial que la riojana abandonaba el convulso club balear, descolgó el teléfono con urgencia. Al director deportivo no le importó tachar de su agenda la prioridad concedida a una pívot. "La vida da muchas vueltas. Cuando Carlos me llamó fue todo muy rápido, no me dio tiempo de pensar mucho", explica Ylenia. "Pero conocía todo lo que significa el Celta, su historia y que es un club serio. Me apetecía".

A la plantilla le comunicaron la contratación de Ylenia como en susurros. Materia confidencial. Iba a llegar una jugadora con prestigio y recorrido, de 32 años, a una plantilla cuya capitana, Marta Canella, tiene 20. Gaila Comesaña, la más joven en un equipo en general adolescente en su edad media, ella de tiernos 16, bromea con su compañera.

- Al principio las pequeñas estábamos asustadas, es verdad. Pero en cuanto vino, vimos todo lo que ayudaba y que no nos renía nada...

- Ya respirasteis tranquilas-, le completa sonriente Ylenia-. Nunca me oiréis gritaros, salvo que hagáis una cafrada. Vengo a intentar que mejoréis.

La logroñesa dobla en edad a la viguesa. Ylenia es de "Los mundos de Yupi"; Gaila disfrutaba con los abrazos fuertes de los Teletubbies; una bailó en su mocedad al son de La Oreja de Van Gogh, con Amaia Montero de cantante, y la otra acaba de apostatar de One Direction ("ya maduré"); Manzanares admiró a Michael Jordan y aún podría decirse que Chicho Terremoto fue su primer ídolo baloncestístico; Gaila es rotunda: "Marc Gasol, sólo él". Dieciséis años de vida las distancian. Juntas, sin embargo, maridan bien. Ylenia asegura sentir esa química con todo el vestuario: "Cuando llego a un grupo intento acoplarme. En las conversaciones soy una más. A veces hay que poner un poco de cordura. Pero me gusta integrarme. Ellas me transmiten su espíritu y me gusta, me hacen sentirme también joven. Yo no soy una abuela".

La edad no es el único factor. "Sabía a lo que venía, qué había en el equipo. Lo que más me sorprendió es que a veces la gente joven no quiere trabajar mucho o cree que lo sabe todo. Este grupo, en cambio, tiene mucha ética de trabajo", asegura Ylenia, la única profesional de la plantilla junto a la nigeriana Ogoke. "Mis compañeras compaginan estudios y deporte. Pero en este equipo el baloncesto no es algo que se hace por hacer, para ellas es muy importante. Y si alguna falta a algún entrenamiento es por una causa mayor, justificada. Tienen un compromiso al cien por cien, como puede ser el mío".

Gaila refleja esa dedicación que en su caso permite compatibilizar intereses. Ya ha decidido que quiere enfocar su futuro académico y profesional con la canasta como eje. "De hecho, los exámenes que estoy haciendo ahora es para seguir practicando baloncesto, quizás ir a una universidad en Estados Unidos y seguir jugando allí y luego volver a España e intentar jugar aquí", detalla la pívot.

También Ylenia se multiplicó en su momento. A Pontevedra llegó desde Logroño para estudiar INEF. "Galicia me enamoró", recuerda. En aquel tiempo rechazó ofertas suculentas por centrarse en la carrera. Ha jugado en Ourense y Vilagarcía. Si había que cruzar el Padornelo, sin alejarse en exceso: Zamora, Bembibre... Andratx ha sido su única aventura lejana. Y aunque probó la élite con Extrugasa y Zamora, más asentada en la categoría inferior. "Circunstancias personales han hecho muchas veces que haya preferido quedarme en Liga 2 que ir a Liga 1. Esta etiqueta tampoco ha sido nunca importante para mí. He jugado en Liga 1, he demostrado que lo he podido hacer bien, con Zamora fui la segunda jugadora nacional más valorada? Como reto personal lo he conseguido. Me ha dado un poco igual Liga 1 que Liga 2. Yo quiero un proyecto serio. El baloncesto es mi forma de vida pero quiero disfrutar".

Es lo que está haciendo en el Celta, que con ella gana empaque de cara a una recta final de campeonato que se espera tranquila. "Habíamos empezado en el último mes del año a mejorar pero el cambio es evidente", indica Gaila sobre el impacto que ha tenido Ylenia, que aparca cualquier conversación con el club sobre su futuro más allá del actual campeonato: "Ahora sería un error hablar de eso. Estamos en el presente. Lo importante es que el equipo llegue a la zona media lo antes posible. Cuando acabe la temporada, siendo tan corta la liga, habrá mucho tiempo para sentarnos, hablar tranquilamente y ver si las dos partes llegamos a un acuerdo". Aunque a la vez no se niega a hablar del ascenso como un objetivo factible a medio plazo: "Sería un reto para nosotras. Sería muy aburrido pensar que nunca podremos ir a la fase aunque ganásemos. Este año está descartado, hay que ser realistas. El año que viene la dicha proveerá". Ylenia aún conoció y se midió al último gran Celta, que Gaila contempló desde la grada "siendo niña, cuando aún jugaba en el Seis do Nadal, sin entender demasiado pero disfrutando mucho". Cuando la joven se imagina en Liga 1 con la casaca celeste, suspira: "Sería increíble".