The Mirror publica unas declaraciones de Iago Aspas sobre su traspaso al Liverpool, que está completamente cerrado aunque el transfer internacional que debe dar la Federación Española estará bloqueado mientras no se resuelva la denuncia que su representante, Jorge Santomé, ha planteado contra el jugador.

"No he venido a reemplazar a Luis Suárez, sino a jugar con él", aseguran en la publicación inglesa que ha declarado el moañés. Según esta publicación, después replicada por el Daily Mail, Aspas afirma: "El Liverpool es uno de los clubes más grandes del mundo y es un paso adelante en mi carrera. Espero que el Liverpool me ayude a conseguirlo. Confío mucho en mi habilidad para progresar como jugador. Describo este traspaso como emocionante (...). Pero a la vez estoy tranquilo porque siento que estoy preparado".

En Moaña ya saborean la nueva aventura de su hijo predilecto. Hipermotivación, generosidad, carácter, humildad, pasión, liderazgo, tranquilidad, complicación. Son algunas de las expresiones, a veces contradictorias, que mejor definen la personalidad poliédrica del enfant terrible del celtismo, de uno de los mayores genios salidos de la cantera celeste y que ahora emprenderá nuevos retos en las filas del Liverpool. Pero antes de pisar A Madroa, el desbordante talento de Iago Aspas ya se había forjado en el cemento de las pistas del paseo marítimo moañés, en la tierra del campo de A Xunqueira y en la arena de la misma playa.

Estaba predestinado a ejercer de futbolista. Sus padres fueron jugadores, al igual que sus hermanos Urbe y Jonathan, su tío Cristóbal o su primo Aitor. Creció con un balón pegado a los pies y con un indomable carácter de ganador. "Jugábamos a todo y éramos muy competitivos. El que no ganaba se iba llorando para casa", recuerda el futbolista del Alondras Mauro Nores, uno de sus amigos inseparables junto a Adrián Cruz.

El fútbol era y sigue siendo su pasión, tanto como para no haber hecho la Primera Comunión el día que tenía previsto por coincidirle con un partido. O como para absorber toda la información posible sobre este deporte. "Queda contigo para tomar algo y está pendiente de leer los periódicos, de enterarse de todos los fichajes. Sabe un montón. Cuando fue el Mundial del 94 se conocía todos los jugadores. Va a vivir del fútbol toda la vida porque le gusta muchísimo. Si no es como jugador será como entrenador o director deportivo o lo que sea", asegura Luis Pereira, amigo y uno de los fundadores de la Peña Iago Aspas de Moaña.

"Saltó al campo en el descanso de un Mundialito, descalzo porque estaba jugando en la playa y me dejó impresionado por el golpeo de balón", recuerda Cándido Blanco, expresidente del Moaña. Frente a la mayor capacidad táctica de sus hermanos, Iago oponía su talento puro, su anarquía. "Ya de pequeño tenía una calidad brutal. En la playa nos hacía chilerrabonas, chilenas de rabona. Algo increíble", apuntan Mauro Nores y Luis Pereira. "Espera que la haga algún día, verás", reta este último. "Ninguno de nosotros tenía eso", añade Mauro, que también apunta con bastante sentido del humor que "de aquella no corría tanto como ahora, que estamos alucinados con él".

Marcada personalidad

Ya dejaba entrever su personalidad cuando militaba en el Moaña con apenas ocho años. "Lo recuerdo cuando venía a jugar a Massó, con carisma de líder, tirando del equipo y un carácter terrible", rememora Rafa Outeiral, excoordinador del Alondras, que echa la vista atrás para recordar un partido en el que Aspas fue expulsado "y se marchó completamente envenenado al vestuario. Ese carácter siempre le ha acompañado para lo bueno y para lo malo". A ello también hace referencia Mauro. "En los últimos años tiene la cabeza bien amueblada, aunque a veces puede haber un cortocircuito, que debe ser algo propio de Moaña", bromea de nuevo su amigo, que añade ya en serio que "a lo mejor sin esa manera de ser no hubiese llegado donde está".

Sus amigos coinciden en describir a un joven humilde y tranquilo lejos de los terrenos de juego. "Es uno más del grupo y quizá de los más tranquilos, va un poco más a su aire, aunque siempre de bromas", señala Mauro. "Le da el cien por cien a cualquiera", añade Luis Pereira. "Nos dio las gracias a todos y nos dijo que sin nosotros no hubiese llegado adonde está e incluso nos invitó y se ofreció a pagarnos el billete para ir a verlo a Liverpool", destaca Mauro.

Lo que tampoco ha perdido el futbolista de los Reds es la costumbre de ir a ver jugar a sus amigos. No es extraño verlo en el campo de O Morrazo para ver a Mauro, al igual que antes también se desplazaba a Pontevedra para ver a Adrián Cruz. "A todos nos gusta el fútbol y vamos a vernos jugar los unos a los otros", explica Mauro, mientras Luis Pereira señala que "el mejor ejemplo lo tienes en que llegó de Liverpool y lo primero que hizo fue ir a ver al Celta B. Le gusta el fútbol y desde la base". La fama y el éxito, aseguran, no lo ha cambiado. "Lo lleva fenomenal. Bromea diciéndonos ´Mimá, fíjate dónde voy a jugar, en el Liverpool´".