El Academia Octavio ha llegado de incógnito a Huesca y se mueve sin miradas incómodas por sus calles. El balonmano ha perdido importancia en la agenda pública de la capital oscense desde que la permanencia quedó asegurada. El Palacio de Deportes "es un pabellón con bastante ambiente, pero en las últimas jornadas están metiendo menos público", informa Quique Domínguez, que ha calibrado la situación: "La verdad es que aquí están más pendientes del fútbol". Dos horas antes de la cita balonmanística, el Huesca apuesta sus últimas opciones de salvación en Segunda ante el Sporting, con el que el Octavio ha coincidido en el hotel.

A Domínguez, evidentemente, no le molesta que el factor cancha tenga menos peso. Aunque existe un acto que invita a la escuadra local a ofrecer una buena imagen: el pivote Raúl Bartolomé y el portero Julio Rodríguez, héroes del ascenso, se retiran. Además, el técnico académico avisa: "No espero ninguna facilidad. Intentarán ganar".

Su homólogo en el banquillo aragónes, José Francisco Nolasco, tendrá a todos los miembros de la plantilla a su disposición excepto al lesionado Ibai Cano. El extremo Javier Ancizu jugará debido a que la tarjeta roja del partido en Palma de Río le ha supuesto un simple apercibimiento.