Siete años después de emprender el vuelo, el técnico celeste, Pepe Murcia, regresa a su ciudad natal, Córdoba, para medirse al club en el que forjó su carrera deportiva, primero como futbolista y más tarde, cuando una lesión le retiró, como entrenador. Murcia admite que se trata de una ocasión especial.

"Ya no resido allí, pero sí tengo casa, familia, amigos y muchos recuerdos. Hace ya seis años que salí de allí y siete del club, pero no deja de ser mi tierra, mi gente. Es algo especial porque me allí me crié personal y deportivamente", confiesa.

El preparador celeste reconoce que tenía ganas de regresar al Nuevo Arcángel. "Es la primera vez que vuelvo. Ya tuve la oportunidad de medirme al Córdoba el año pasado, pero fue en Castellón, no en el Arcángel", explica.

El Córdoba que conoció Pepe Murcia no se parece demasiado al equipo que ahora dirige José González. "En el cuadro técnico queda Jorge, el entrenador de porteros, que fue compañero, también con Ricar [Ricardo Pozo, su segundo de abordo en el Celta], cuando éramos jugadores. Y poco más. También está el secretario técnico y el presidente, que también fue presidente en algún momento mío", apunta.

Seis años como técnico

El entrenador del Celta está en todo caso agradecido al Córdoba por haberle dado la alternativa, primero como entrenador de las categorías inferiores y, finalmente, como técnico del primer equipo en Segunda División A. Murcia expone con detalle su paso por la entidad blanquiverde. "Yo llego al Córdoba juvenil en el 92, el mismo año que dejo de jugar. Empecé a entrenar al Alcázar, un equipo de mi barrio; luego al Séneca juvenil, que estuvo en Regional Preferente y en División de Honor. Y de ahí voy al Córdoba, donde estuve seis temporadas", relata. Y agrega: "Fue en el año 95 o el 96, cuando inicié la andadura en el juvenil de División de Honor, con el que conseguimos ser campeones de Liga y eliminamos al Real Madrid en Copa del Rey. Al año siguiente creamos el Córdoba B y ahí estuve de cinco años, de Primera Regional a Tercera. Más tarde, di el salto al primer equipo".

Tras dejar el su ciudad natal, el primer destino de Pepe Murcia fue el Cartagena y de allí al Atlético de Madrid, donde dirigió las categorías inferiores y posteriormente, tras la destitución del argentino Carlos Bianchi, al primer plantel del equipo rojiblanco. Pese a su digno papel al frente de la primera escuadra colchonera, el club decidió relevarle a final de temporada por el mexicano Javier Aguirre y el actual entrenador celeste emprendió una fructífera carrera en Segunda División, primero en el Xerez Deportivo, la pasada campaña en el Castellón y finalmente esta temporada en el Celta.

Pepe Murcia vivió también el club blanquiverde como futbolista. "Creo que estuve cuatro temporadas como jugador, aunque de ellas cedido", recuerda.

El entrenador del Celta ha tenido, por otra parte, a sus órdenes a algunos de los futbolistas del actual plantel del Córdoba, aunque no a demasiados. "Está Arteaga, que fue jugador mío en el Atlético Madrileño, y Pepe Díaz, pero ya quedan pocos", señala.

Pero los buenos sentimientos que el entrenador del Celta alberga hacia el equipo y el estadio que le vio crecer concluyen el sábado en un partido en el que el conjunto vigués aspira a encadenar dos victorias y sumar sus tres primeros puntos fuera de casa. Murcia les recordaba ayer insistentemente a sus hombres que llevan nueve partidos sin perder y que ha llegado el momento de avanzar a zancadas.