El "secreto" revelado de La Oreja de Van Gogh y la réplica vacilona de Siniestro Total

Un mensaje irónico de Julián Hernández genera confusión sobre la grabación del primer disco del grupo, después de que los donostiarras reconociesen que no tocaron en su debut

Julián Hernández, en el concierto de despedida de Siniestro Total; y la formación original de La Oreja de Van Gogh

Julián Hernández, en el concierto de despedida de Siniestro Total; y la formación original de La Oreja de Van Gogh / Ricardo Rubio (Europa Press) / FDV

El mundo de la música española se despertaba este jueves entre los temblores de un terremoto: el primer disco de La Oreja de Van Gogh no lo grabó el grupo, sino unos músicos de estudio. Solo Amaia Montero participó en la grabación para poner voz a unos temas que se convertirían en clásicos del pop español. El "secreto", en verdad, corría desde hace años por la industria, pero por primera vez varios de los implicados han hablado sobre ello en público, en un reportaje publicado por eldiario.es.

La versión oficial, en resumen, queda fijada así: la discográfica Sony apostó por la banda, con casi nulo recorrido, tras escuchar una maqueta y encargó a Alejo Stivel la producción del disco. Le dio un mes y medio para tenerlo listo; cuando el también cantante de Tequila acudió a un ensayo tuvo claro que las canciones tenían potencial, pero en tan poco tiempo los integrantes del grupo no estarían preparados para ejecutarlas en condiciones. Así que decidió que experimentados músicos grabasen la instrumentación.

De acuerdo con este relato, La Oreja de Van Gogh aceptó la propuesta y, de hecho, sus integrantes estuvieron presentes en las sesiones de grabación, lo que les habría servido de aprendizaje de cara el futuro. Otras versiones más afiladas cuentan que en realidad la suplantación se hizo a espaldas del grupo, pero en el reportaje tanto Stivel como un miembro de la banda y uno de los instrumentistas profesionales avalan que fue todo acordado. El caso es que el disco fue un pelotazo y el resto es historia del pop español.

"Más viejo que el hilo negro"

Ante la escandalera montada por la revelación, el veterano periodista musical Diego Manrique reaccionó con ironía: "Gran descubrimiento, paren las máquinas. ¡Un grupo novel trabajó con músicos de estudio a instancias del productor!". En su cuenta de X, Manrique recordó que hasta The Beatles recurrieron a un batería profesional, Andy White, para grabar Love Me Do. "Eso es más viejo que el hilo negro", zanjó.

Subió la apuesta el líder de Siniestro Total, Julián Hernández: "Tan viejo como que la batería y el bajo del álbum ¿Cuándo se come aquí? (1982) los grabaron Javier de Juan y Manolo Aguilar, excelentes músicos de sesión que más tarde formaron La Década Prodigiosa". El comentario del cantante y compositor, que en aquel primer disco precisamente era el baterista, causó confusión en la red social, con varios tuiteros mostrando su estupefacción: "¿El bajo? Pensaba que [Alberto] Torrado era el que tenía más nivel como músico en aquellos tiempos", comentaba uno de ellos.

Y, en efecto, Torrado era ya por aquel entonces un bajista de gran nivel, sobradamente capacitado para tocar aquellas píldoras punk del mítico álbum de debut de los vigueses. Hernández, que más tarde pasaría a encargarse de voces, guitarras y armónicas, al comienzo del grupo asumió las baquetas por descarte, pero se defendía sin apuros para aquel repertorio y aquel espíritu.

Más tarde, en Me gusta como andas (1988-89), en plena transición, Siniestro Total sí reclutó a un baterista profesional para algunos temas, se trataba de Ñete, de Nacha Pop, que aparece acreditado en cuatro cortes del grupo. El disco posterior, En beneficio de todos, ya lo grabarían con su siguiente alineación clásica, con Ángel González a la batería y Segundo Grandío al bajo, y Hernández compartiendo voces y guitarras con Miguel Costas y Javier Soto.

Ante el revuelo generado por su mensaje, el propio Julián Hernández disipó las dudas: "Estoy flipando con lo que dice la peña. En aquel momento, contratar a Javier de Juan y Manolo Aguilar hubiese costado diez veces el presupuesto del disco entero. Ahora veo lo fácil que es colar un bulo".