Marisa Paredes desvela la 'patriarcal' aprobación que recibió de Fraga

El padre de la actriz rechazaba su vocación, hasta que el político gallego, de aquella su jefe en una fábrica de cervezas, le hizo ver su valía

Marisa Paredes posa esta semana durante el photocall de los XVI Premis Gaudí

Marisa Paredes posa esta semana durante el photocall de los XVI Premis Gaudí / Kike Rincón (Europa Press)

A sus casi 78 años —los cumplirá en abril— la actriz Marisa Paredes es una clásica en vida del cine español y, además, se mantiene en forma física y de carácter, como demostró recientemente en el velatorio de Concha Velasco, donde manifestó su malestar con la presencia de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. También lo acaba de probar en una extensa entrevista con el diario El País, en la que hace un exhaustivo repaso a su vida y obra.

De entre los recuerdos que desempolva Paredes, hay uno que implica a Manuel Fraga Iribarne en un sorprendente papel de valedor de su calidad como intérprete. La actriz cuenta que tuvo esa vocación desde muy joven, pero su padre —un hombre conservador y en línea con los valores franquistas— no quería ni oír hablar de esa posibilidad. En su cabeza, ese camino abocaría a su pequeña a la perdición y a la mala vida.

Fue gracias a su madre, con solo 14 años, que consiguió vencer las resistencias de su progenitor para hacer sus pinitos en un teatro cercano a su hogar. Poco a poco fue creciendo en la escena y, a la altura de finales de los años 60, la veinteañera Marisa Paredes ya era una habitual de Estudio 1, el mítico programa de Televisión Española en el que se difundían obras teatrales. En una panorama con solo dos canales televisivos y una oferta de ocio limitada, las audiencias eran masivas. A su padre aquello seguía sin convencerle, pero en esto llegó Fraga.

"Es muy buena"

El progenitor de la actriz trabajaba en la fábrica de cerveza El Águila. Un día, al llegar a las instalaciones, fue llamado al despacho por el director general, que de aquella no era otro que el político de Vilalba. La intérprete recrea de este modo la situación:

—Le dijo: “Lucio Paredes, que me han dicho que la actriz de anoche es hija suya”. Mi padre se quedó estupefacto. Ni teníamos televisión en casa. “Pues sí, señor, es mi hija”. “Pero es que es muy buena, tiene usted que estar muy orgulloso de ella”. Ahí mi padre, por primera vez, se creyó lo que le decía Fraga Iribarne, que era un hombre culto y era el jefe. Que yo era muy buena. Entonces respiró. No estaba destinada al arroyo.

Saludando a Franco.

Manuel Fraga saluda a Franco. / FDV

En el relato de Marisa Paredes hay una pieza que no encaja, probablemente por un pequeño lapsus. Ella comenta que la obra con la que deslumbró a Fraga fue El comprador de horas, en la que hacía de prostituta francesa y que, como ella misma recuerda, se retransmitió en 1968. Sin embargo, Fraga de aquella todavía era ministro de Información y Turismo, cargo del que fue cesado en noviembre de 1969. Fue meses después, el 30 de enero de 1970, cuando fue nombrado director general de El Águila Fábrica de Cervezas y Maltas. Ese año, la actriz participó en otras tres obras de Estudio 1.

Fraga permanecería como máximo responsable de la fábrica cervecera —un cargo que no se suele citar en los repasos a su extensa trayectoria— hasta que en 1973 fue nombrado embajador en el Reino Unido, un puesto clave para su posterior papel en los estertores de la dictadura franquista y en la transición a la democracia. Pero esa ya es otra película.