Arte ponteareano para La Borriquilla de Salamanca

Una de las plazas más importantes de España amaneció este domingo cubierta por un manto de flores realizado por la Asociación de Alfombristas Corpus Christi de Ponteareas, que se trasladó a Salamanca para confeccionar un tapiz floral de 72 metros cuadradas por el que trascurrió la procesión de La Borriquita.

El diseño elegido, una representación del botón charro, una joya perteneciente al folclore tradicional y popular de la provincia de Salamanca, encandiló a las miles de personas que asistieron a la procesión; al propio Ayuntamiento salmantino, que presumió en sus redes sociales de la “belleza natural de la alfombra floral creada por las manos artesanas de los miembros de la Asociación de Alfombristas Corpus Christi de Ponteareas, donde esta tradición tiene más de dos siglos de antigüedad”; y a los medios de comunicación locales, que definieron la alfombra de flores como “espectacular”.

Una comitiva formada por 25 alfombristas se desplazó desde Ponteareas a Salamanca para elaborar el tapiz floral, de nueve metros de diámetro y 72 metros cuadrados. Los pétalos de flores y otros elementos naturales dieron forma y color al dibujo: el verde del eucalipto, el negro del brezo tostado, el marrón de la tuya seca y el rojo y el blanco de los claveles fueron los componentes principales.

Para la ocasión, Andrea Estévez y Miguel García, de la Asociación de Alfombristas de Ponteareas, diseñaron un tapiz inspirado en el botón charro, donde, alrededor de un círculo central en el que se representaron las catedrales de Salamanca, se distribuyeron 18 círculos en alusión a las 18 cofradías, hermandades y congregaciones que componen la Junta de Semana Santa. Asimismo, fueron tres los motivos de luz representados en el esbozo: el primero reprodujo el rosetón de la Catedral Vieja; el segundo, el rosetón de la Catedral Nueva y el tercero, la Luz del Silencio, que es una alegoría de la noche salmantina, iluminada por la luna que acompaña a los cofrades en las largas procesiones.

La confección de la alfombra se inició el domingo en torno a las seis de la mañana en el centro de la Plaza Mayor para, tres horas después, ser admirada por los miles de salmantinos que pasaron por el ágora. Más tarde, tras el paso de La Borriquita, el tapiz quedó reducido a un montón de pétalos y restos vegetales.

El presidente de la Junta de Semana Santa, Francisco Hernández, rememoró como se gestó la iniciativa: “El año pasado ya estuvieron por aquí. Vinieron como cuando se va a rodar una película, a buscar escenarios y a empaparse de lo que es nuestra ciudad”. Unas palabras que demuestran lo muy en serio que se toman los ponteareanos su tradición más ancestral.

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