Otra vuelta de tuerca al bloqueo de A Pasaxe

El Concello de Gondomar rechaza el recurso de la constructora, que puede acudir a la vía judicial, y la urge otra vez a iniciar las obras

Vista superior del polígono de A Pasaxe, en Vincios, Gondomar.

Vista superior del polígono de A Pasaxe, en Vincios, Gondomar. / MARTA G. BREA

En abril se cumplirá un año desde la a priori feliz noticia. El Concello de Gondomar adjudicaba, tras décadas de trámites burocrático y frenos en forma de sentencias judiciales, las obras de urbanización del polígono de A Pasaxe por 2, 8 millones de euros a la constructora Copasa. El proyecto más importante del municipio permitiría adaptar a la normativa urbanística el parque empresarial tras seis décadas de desarrollo al margen de la legalidad y dotar de todos los servicios básicos y comunicaciones a las empresas allí asentadas, más de un centenar con cerca de 3.500 trabajadores, además de ofrecerles la posibilidad de obtener licencias municipales que les permitan ampliar sus instalaciones y actividades.

Se felicitaban los dirigentes municipales y los empresarios, pese a las dificultades para afrontar la inversión. Se publicó incluso la polémica foto de unos y otros con representantes de la adjudicataria para anunciar el inicio de las obras en plena campaña electoral de las municipales... Pero pasan los meses y parece que la llegada de las máquinas al polígono se aleja cada vez más. Copasa había solicitado ya en mayo una carencia de cuatro meses, es decir, que los quince meses del plazo de ejecución del proyecto empezasen a contar en septiembre y el gobierno municipal se la concedió para poner el cronómetro a cero tras el verano.

"Confío en que Copasa, que é unha empresa seria e solvente, cumpra o seu compromiso contractual"

Paco Ferreira

— Alcalde de Gondomar

Pero en septiembre se firmó el acta de replanteo y la empresa pidió otro mes más de retardo con el beneplácito del Ayuntamiento. Tan solo unos días después solicitó la revisión de precios ante el encarecimiento de los materiales y la Administración local también se mostró favorable. El 18 de octubre la mercantil presentó una solicitud formal de suspensión de las obras y justificaba su propuesta con una serie de reservas que fueron rebatidas en sendos informes del arquitecto municipal, José Antonio Álvarez, y del director de obra, el exalcalde Fernando Guitián, ingeniero de profesión.

En base a las argumentaciones de ambos técnicos, el Concello rechazó la solicitud de la empresa. La Corporación acordó por unanimidad en el pleno de diciembre desestimarla y requerirle oficialmente el arranque de los trabajos.

Recurso de reposición

En respuesta, Copasa presentó un recurso de reposición ante el Ayuntamiento en enero para reclamar la anulación del acuerdo plenario. Insistía en las cuestiones técnicas que los dos informes echan por tierra. Y la Corporación ha vuelto a aprobar por unanimidad en el pleno de esta semana la desestimación de dicho recurso y el requerimiento de inicio de obra.

Ahora Copasa tiene la opción de acudir a los juzgados de lo contencioso administrativo para conseguir la suspensión de los trabajos, decisión que sumaría otro aplazamiento indefinido del proyecto que los empresarios consideran “vital” para no estancarse. Algunos advierten incluso de la pérdida de contratos públicos por carecer de licencia.

Será la empresa la que tenga la última palabra, pero el alcalde, Paco Ferreira considera que la vía judicial jugará en su contra “porque non teñen argumentos”. “O que teñen que facer é poñerse a traballar, comezar canto antes porque o tempo, os 15 meses que teñen para finalizar as obras, está correndo”, señala.

La compañía tiene la opción de desistir del contrato y perder el aval bancario que le embargaría el Concello. Una opción que implicaría también más demora porque obligaría a convocar de nuevo el concurso público para contratar la obra. Ferreira confía “en que Copasa, que é unha empresa seria e solvente, cumpra o seu compromiso contractual”. Habrá que esperar sí o sí.

Suscríbete para seguir leyendo