El castillo de O Galiñeiro fue base militar en la Edad Media

La excavación que promueve la Universidade de Santiago apunta a al menos ocho edificaciones en su interior | Los arqueólogos sitúan la fortificación entre los siglos IX y X

Las arqueólogas y el director de la excavación, Mario Pereiro, taparon ayer las catas abiertas en la cumbre de O Galliñeiro.

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José Lores

No había princesas en el de O Galiñeiro. Aquel no era un castillo como los que la literatura infantil nos trae a la mente, sino una fortificación de carácter militar. Así lo deducen los arqueólogos que esta semana han descubierto los restos de aquella fortaleza que sirvió para vigilar gran parte del área de Vigo, desde la ciudad hasta el Val Miñor y alrededores. “Aquí había un destacamento militar encargado de avisar de calquera ataque ou incidencia”, explicaba ayer Mario Pereiro, director de la excavación que promueve la Universidad de Santiago en colaboración con la comunidad de montes de Vincios en la zona de As Gallas, en el extremo norte del monte.

Existían sospechas fundadas de que la inaccesible cima de O Galiñeiro había albergado un castillo medieval tras una primera excavación del Club de Montañeiros Celtas en los años 70 del pasado siglo, aunque apenas se conservan datos de aquella intervención. Pereiro apoyaba la hipótesis desde que realizó entre 2015 y 2016 una prospección superficial en la que obtuvo evidencias de dos líneas de murallas y de varios edificios intramuros. 

Los trabajos realizados a lo largo de esta semana dejan claro que “a fortaleza existiu”, afirma el experto, y que en su interior hubo al menos ocho edificaciones donde residirían los soldados. Los arqueólogos han sacado a la luz tres de ellas, a las que hay que sumar las otras tres que se habrían localizado en la anterior excavación y “outras dúas das que hay claras evidencias superficiais”, señala Pereiro, doctor en arqueología que lidera el proyecto universitario de investigación “Castelos no aire”, centrado en el estudio de la Alta Edad Media (siglos V-X) en Galicia a través de sus fortalezas y castillos.

Excavación de la fortificación medieval.

Excavación de la fortificación medieval. / JOSÉ LORES

Las construcciones de O Galiñeiro son estructuras cuadradas y ovaladas de algo más de 20 metros cuadrados, levantadas con piedra en la cimentación y madera en las paredes, según las deducciones de los investigadores, que también han encontrado decenas de piezas cerámicas procedentes de los tejados y de objetos de uso doméstico “como xerros ou olas”. Materiales que tendrán que analizarse a fondo en el laboratorio, dado su mal estado de conservación a causa de la intensa humedad que se registra en el que podría ser el punto más inhóspito de la comarca miñorana. De hecho, los investigadores confirman que la cumbre del Monte Galiñeiro solo estuvo ocupada en ese momento de la historia, que sitúan entre los siglos IX y X. Los primeros pobladores de la comarca en la prehistoria, los castrexos y los romanos la descartaron.

Mario Pereiro, primero por la izquierda, director de la excavación, junto a las arqueólogas, ayer en O Galiñeiro.

Mario Pereiro, primero por la izquierda, director de la excavación, junto a las arqueólogas, ayer en O Galiñeiro. / JOSÉ LORES

Son las primeras estimaciones de los investigadores, que quedarán detalladas más adelante con estudios más pormenorizados. “Retiramos sedimentos para facer a proba de carbono 14 co obxectivo de concretar máis as datas”, señala Pereiro. Tras tapar ayer las catas abiertas desde el lunes, el equipo documentará hoy toda la superficie del castillo para “conseguir unha planimetría o máis exacta posible”. Luego llegará el momento de redactar las conclusioes y realizar propuestas de intervención. “Sería de interese seguir excavando”, defiende el experto, porque se trata de un yacimiento singular por su orografía e inaccesibilidad. 

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