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De cerrajería a academia de soldaduraFdV

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De cerrajería a academia de soldadura

Un histórico negocio de Tomiño se ha convertido en un centro que ha formado ya a 150 aprendices y que tiene lista de espera por sus altos índices de inserción laboral

Montse Martínez y Jesús Nogueira (más conocido como Suso Gándara) comenzaron a trabajar juntos en 1979, tres años antes de casarse. Y juntos fundaron en la parroquia tomiñesa de Forcadela la cerrajería Gándara, que siguen dirigiendo en la actualidad. En el 2014 asistieron a un curso de promoción de empleo promovida por el Concello de Tomiño y fue en ese momento cuando decidieron diversificar la empresa con acciones de formación y conseguir el complemento que necesitaban para sentirse plenos. Sobre todo Suso, que ya impartía cursos de soldadura en los talleres de empleo de O Rosal.

Una de las clases prácticas. / FdV

Así, comenzaron por contactar con la Xunta de Galicia para ver la posibilidad de organizar cursos AFD (acciones formativas para personas desempleadas). En 2016, tras preparar las instalaciones, consiguieron homologar dos especialidades: soldadura con electrodo revestido y TIG, y soldadura Oxigas y Mig-Mag de nivel dos. Desde entonces, llevan impartidos una decena de cursos, a razón de dos por año, formando un total de 150 personas de la zona, la mayor parte de ellas ya colocadas en un mercado de trabajo que demanda cada vez más esta mano de obra especializada.

Los índices de inserción laboral son por tanto verdaderamente altos, por lo que siempre tienen lista de espera en las acciones formativas que ofertan, convirtiéndose al mismo tiempo en centro de formación de referencia. La edad del alumnado oscila entre los 18 y los 45 años, con una media de edad de entre 22 y 25, en su mayor parte, de género masculino (en el curso actual solo hay tres chicas entre 27 chicos), que se reparten en horario de mañana y tarde en módulos de 758 y 678 horas, respectivamente, en las que se incluyen también clases de prevención de riesgos laborales, inserción y prácticas (cuarenta horas) en empresas de toda la provincia relacionadas con la automoción, la construcción, el naval…

"Es muy importante que estén motivados, por lo que intentamos hablar con ellos y ayudarles a resolver los problemas"

El alumnado recibe una beca de desplazamiento además de la formación, que es totalmente gratuita. Jesús es el tutor de los cursos y Montse se ocupa de todo el papeleo. Ambos aseguran que la gran mayoría de los aprendices llegan muy interesados en aprender el oficio. “Yo creo que es muy importante que estén motivados, por lo que intentamos hablar con ellos y ayudarles a resolver los problemas que pueda haber, de forma que se sientan en familia y aprendan a trabajar en equipo”, comenta Suso Gándara. La pandemia les obligó a reprogramar las actividades que ahora se desarrollan con todas las medidas de seguridad sanitaria.

Entre los alumnos se encuentra Álex Álvarez, de 24 años y natural de la parroquia tomiñesa de Estás, que estaba trabajando en la industria del metal antes de apuntarse al curso de soldadura. A los dos meses de haber comenzado la formación, apunta a que lo más interesante es aprender a soldar un metal con otro o cortar con un soplete. Su compañera de clase, Sara Gago (Sobrada, 35 años), es la única mujer en el grupo de la mañana. Llegó invitada por el Servicio de Empleo y aunque nunca pensara en trabajar como soldadora, reconoce que se encuentra muy cómoda en este oficio y también entre sus compañeros.

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