La felicidad puede medirse y la concejalía más famosa de España tratará de saber de cuánta disponen sus vecinos. Lo hará según un método contrastado y elaborado por expertos. El del Instituto de Investigación de la Felicidad de Copenhague, pionero en la materia en todo el mundo. Así lo confirma la alcaldesa, Cristina Correa, que ultima con expertos de dicha entidad danesa el cuestionario que se distribuirá en las próximas semanas en los hogares para cuantificar los niveles de bienestar de sus integrantes.
La primera Concejalía de la Felicidad de España nació en junio en Oia y, tras nueve meses de gestación, ha llegado el momento de alumbrar su sistema de trabajo. "Vamos con retraso pero queremos establecer antes de nada un plan que marque la estrategia", señala la regidora. El listado de preguntas, indica, se repartirá por el municipio de forma periódica, se desconoce todavía cada cuánto tiempo. Y sus resultados serán los que marquen las iniciativas que vaya poniendo en marcha el departamento que dirige la concejala Carmen María Estévez Adrover.
El test tratará de indagar en aquellas cuestiones que más satisfacen a los oienses, de manera que el gobierno municipal podrá guiarse sobre las materias en las que trabajar. "A unas personas les preocupa el trabajo, a otras la seguridad, a otras la tranquilidad... Cada uno tiene sus preferencias y lo que pretendemos es tener en una guía de los temas en los que intervenir. Se trata de obtener unas conclusiones que nos permitan ir implementando medidas en función de las demandas que observemos", señala Correa, quien destaca la eficiencia del sistema. "Nosotros queríamos un modo objetivo de marcar el rumbo, contrastado. Y lo encontramos en el instituto de Copenhague, que ya está funcionando en una población de Austria de ocho mil habitantes", subraya.
Aunque importó la concejalía de la localidad italiana de Caregnano, donde funciona desde hace un lustro, la alcaldesa buscó el modelo a seguir en Dinamarca. El país escandinavo ha liderado de forma repetida los rankings mundiales de felicidad y allí encontró el instituto creado por Meik Viking, un joven politólogo que había trabajado en el Ministerio de Asuntos Exteriores de su país y que se pasó al estudio de la felicidad tras la resolución de la ONU que instaba a los estados en 2012 a adoptar parámetros para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
El gobierno de Oia se ha tomado muy en serio aquella recomendación y ha hecho de la felicidad de los vecinos su bandera. Por el momento, sus iniciativas al respecto se han centrado en la organización de actos lúdicos para promover la convivencia, pero en cuanto tenga claro a qué atenerse actuará de forma transversal, añade la regidora.
