La parte del sótano del Palacio Episcopal, guarda una estancia románica, una "cillería", que se conserva desde el siglo XII y que se abrirá al público por vez primera, pues es el lugar reservado a piezas arqueológicas del Museo.

En la actualidad es un espacio vacío que conserva sus muros y puertas, que están tapiadas.

El historiador Suso Vila revela que su uso primitivo era como despensa o almacén de los tributos que recibían los canónigos en aquella época.

En el siglo XVIII se utilizó como caballeriza del obispo y después pasó a ser almacén.

"Está por determinar concretamente su uso, pero está claro que es una estancia muy parecida al almacén o cillería de la catedral de Pamplona. Más adelante se decidirá qué piezas son las que se decide exponer en este lugar que se ha mantenido igual durante siglos.