35.000 kilómetros de celtismo

María Tato y José Malvido, de la peña Comando Celta, asistieron a los 19 partidos de Liga que el equipo vigués disputó este curso fuera de casa

“Era un reto muy complicado pero lo conseguimos”, aseguran

La conmemoración del centenario del Celta llevó a la pareja formada por María Tato y José Malvido a plantearse el pasado verano un reto que implicaba compatibilizar sus trabajos en empresas de la automoción con 19 viajes por toda España para asistir a todos los partidos fuera de casa del equipo de su vida, porque ambos, con varios decenios como abonados del club, se identifican plenamente con un cántico que se está haciendo popular en Balaídos: “O Celta é a nosa vida”.

“Era un reto muy complicado, pero lo conseguimos”, coinciden ambos al rememorar una travesía que iniciaron el 19 de agosto en San Sebastián y concluyeron el 19 de mayo en Granada, después de recorrer 35.047,2 kilómetros, o lo que es lo mismo: un viaje de ida y vuelta entre Vigo y Melbourne.

Como un viaje de ida y vuelta de Vigo a Melbourne.

Como un viaje de ida y vuelta de Vigo a Melbourne. / Cedidas

“Somos habituales de viajar con el equipo, de siempre, pero con el centenario María propuso la idea”, señala Malvido. “Sí, tuve el arranque de decirle: ¿Y si este año del centenario vamos a todos los partidos del Celta fuera? Al principio puso mala cara, como de: Perdona, ¿qué me estás diciendo?”, comenta Tato.

Compatibilizar con el trabajo

Tras tomar la decisión de intentar superar la marca que Malvido había establecido en la temporada 2012-13 de acudir a 11 de los desplazamientos del Celta, él mismo se encargó de la logística de los viajes. No resultó sencillo porque había que compatibilizar el trabajo de ambos con desplazamientos para partidos que no siempre coincidían con el fin de semana. “Los dos trabajamos y decidimos guardar los días de vacaciones para viajar con el Celta. Cuando salió el calendario de Primera nos pusimos a programar la temporada, dejando días de vacaciones para el Villarreal, sabiendo que ese partido se jugaba un miércoles (20 de diciembre). Afortunadamente, esta temporada solo hubo ese partido en mitad de semana. Y en lunes hubo unos cuantos más. Además, las fechas de las jornadas se anunciaban con bastante antelación y teníamos tiempo para reservar billetes y hoteles. Mucha gente nos preguntaba si trabajaba, y le contestaba: Si no trabajara no podría estar aquí. Al final, viajar no es gratis”, apunta Malvido.

Madrid, 11 de diciembre de 2023. Rayo Vallecano, Vallecas: 1.197,6 km.

En el estadio del Rayo Vallecano. / Cedida

Conocer con tiempo las fechas de los partidos les permitió conseguir billetes económicos. “A Mallorca fuimos y volvimos desde Santiago por 35 euros. En los partidos del norte hemos ido en coche, igual que en algunos a Madrid, aunque ahí también encontramos vuelos muy baratos. Muchas veces era más caro dormir que el viaje en sí”, convienen. Incluso programaron algún desplazamiento sin pernoctar fuera de casa para reducir costes.

Su viaje más rápido les llevó a Vallecas, para un partido que se jugó un lunes a las 21 horas. “Ese día trabajábamos. Habíamos comprado los billetes con antelación. Cogimos un avión y en Barajas nos subimos a un Uber que nos dejó en la puerta del estadio. Habíamos reservado un hotel enfrente del campo y regresamos a Vigo en el primer vuelo del martes. A las ocho y media de la mañana ya estábamos trabajando”, relatan.

En esa ocasión, la mayor dificultad fue comprar las entradas, pues el Rayo no puso a la venta boletos para la afición rival y tuvieron que recurrir a una compañera de la peña Comando Celta que estaba en Madrid para que les comprase también entradas para ellos.

“A esos kilómetros yo tengo que sumar los del trabajo porque en uno de esos partidos llegaba de un viaje a la República Checa y tuve que enlazar con el del reto del Celta. Había muchas circunstancias que podían haber impedido que completásemos los 19 partidos, como una gripe, un problema grave de un familiar, un tema de trabajo que no te permita desplazarte porque estás en otro sitio... Hemos tenido suerte de poder conseguirlo”, señala María Tato.

Las prisas, compañeras de viaje

Las prisas fueron compañeras de viaje casi inseparables: “Al campo del Villarreal llegamos con el tiempo justo y en el bar de enfrente del estadio me encontré con Gudelj, que se quedó sorprendido al verme: ¿Tú también aquí?, me dijo”, añade Malvido.

Madrid, 11 de febrerode 2024. Getafe C.F., Coliseum: 1.230,2 km.

En el Coliseum del Getafe C.F. / Cedida

Esta aventura concluyó con un final feliz en Granada, donde el Celta consiguió una victoria que aseguraba además una permanencia muy sufrida por el celtismo. “Antes de comenzar el partido del Granada dijimos: conseguimos el reto. Y después, que el equipo esté ganando y que eso signifique la salvación... Fue un momento increíble. Pero ese día pasamos de la gloria a la desesperación por como se fue dando el resultado. Si nos graban cuando el árbitro pitó el penalti en contra el Celta… Eso sí, cuando el jugador del Granada lo falló fue el éxtasis”, rememoran.

Y en esos 19 viajes comprobaron la fuerza de la afición: “Lo mejor de todo es que lo del celtismo es muy grande. Había celtistas en todos los campos”, subrayan José Malvido y María Tato. “Yo repetiría todos los años esta aventura, aunque acabo agotada mentalmente porque no te da tiempo a descansar ya que son viajes muy rápidos”, comenta Tato. “Este era el centenario y había que intentar conseguir el reto”, concluye Malvido.

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