Un colchón suficiente

Desde la instauración de los 3 puntos por victoria en el curso 1995-96, solo un equipo cayó a Segunda con seis puntos de ventaja sobre el descenso a seis jornadas del final

Pugna por el balón en un saque de esquina durante  el partido entre el Celta  y el Cádiz disputado en diciembre pasado en Balaídos.  |  // RICARDO GROBAS

Pugna por el balón en un saque de esquina durante el partido entre el Celta y el Cádiz disputado en diciembre pasado en Balaídos. | // RICARDO GROBAS / j. bernardo

La brillante victoria obtenida el pasado domingo en Balaídos ante la UD Las Palmas ha elevado a 6 puntos más el diferencial particular de goles (13) la renta que el Celta tiene sobre el Cádiz, el mejor de los equipos en zona de descenso y principal referencia de los de Claudio Giráldez en su lucha por huir de la quema. El acelerón frente a las Palmas sumado a la derrota del conjunto andaluz en Montilivi sitúa al cuadro celeste en la mejor posición del curso con respecto a la zona roja con solo seis jornadas por delante para certificar la permanencia.

Un colchón confortable que, salvo debacle, debería bastar para salvar los muebles sin grandes complicaciones. Independientemente de la notable mejoría de juego y resultados experimentada con Giráldez, la estadística y la historia de LaLiga respaldan los intereses del Celta. El dato es contundente: desde la instauración de los 3 puntos por victoria en la temporada 1995-96, hace 28 años, solo existe un precedente de descenso con la ventaja que actualmente tiene el conjunto celeste a seis jornadas de la conclusión del campeonato. Lo protagonizó, en la temporada 2004-05, el Levante, que llegó a dilapidar una renta de 10 puntos en uno de los finales de campaña más desastrosos que se recuerdan en la historia de la competición.

La contratación de José Luis Oltra, que relevó a Bernd Schuster, el técnico que había iniciado la temporada en la jornada 34, no sirvió de revulsivo al Levante, que acabó perdiendo la categoría tras sumar apenas 2 puntos de los últimos 18 que se pusieron en juego. Estos dos míseros empates en seis partidos se combinaron con la espectacular remontada firmada por el Mallorca, rival a batir de los granotas.

Bajo el mando de Héctor Cúper, el tercer técnico que pasaba aquella temporada por el banquillo de Son Moix, el conjunto bermellón hizo 14 de los 18 puntos posibles gracias a sus victorias sobre el Numancia, el Espanyol, el Albacete y el Deportivo y las tablas firmadas contra Osasuna y Betis. Se salvó en la última jornada, con 39 puntos, debido a su empate en casa frente al conjunto andaluz y la derrota del Levante, que había llegado a la jornada decisiva con una desventaja de un solo punto frente a los baleares y fue goleado por el Villarreal en La Cerámica.

En aquel Levante militaban Pablo Cavallero, que se había incorporado al equipo valenciano esa temporada tras el descenso del Celta, y Vladimir Manchev, que se uniría unos años después al conjunto celeste en Segunda División. También estaba en las filas granotas el expresidente de la RFEF Luis Rubiales.

La historia favorece al Celta, que la próxima jornada tiene una buena oportunidad de poner tierra de por medio con respecto al Cádiz, si gana al Alavés en Mendizorroza. Incluso si no gana, el conjunto vigués podría sacar provecho del duelo entre el conjunto andaluz y el Mallorca, al que actualmente los celestes igualan en puntos, en el Nuevo Mirandilla. El Cádiz afronta el choque sin apenas margen de error, apurando sus opciones frente a un adversario que, si pierde, podría ser también superado por el Celta con un empate ante los babazorros. Para el que no hay ya margen de error es para el Almería, que certificará de forma matemática su descenso de categoría si no gana al Getafe en Power Horse Stadium.

Ocho puntos menos

Aunque desde hace 28 años solo un equipo ha descendido en las actuales circunstancias del Celta, los de Claudio Giráldez no pueden despistarse. Hasta que la salvación sea una realidad matemática, cada partido cuenta. Conviene no olvidar que el pasado curso, con Carlos Carvahal al frente, el conjunto celeste disponía de una confortable renta de ocho puntos sobre los puestos de descenso y acabó jugándose la salvación en la última jornada contra el Barcelona, ya por aquel entonces campeón de Liga, tras firmar cuatro derrotas (Getafe, Valencia, Athletic y Cádiz) y un empate (Girona) en los cinco partidos anteriores.

Los celestes llegaron a esta última jornada dependiendo de sí mismos, con un punto de ventaja sobre el Valladolid y con el Espanyol y el Elche ya descendidos. Su victoria frente a los azulgrana les permitió concluir la temporada en una engañosa decimotercera posición.