Balaídos aguarda el ‘efecto Giráldez’

El Celta intentará aprovechar el entusiasmo que ha generado el técnico porriñés para apuntalar la permanencia en casa, donde jugará cinco de los nueve partidos que faltan

Claudio Giráldez, en el banquillo del Ramón Sánchez Pizjuán durante el último Sevilla-Celta.

Claudio Giráldez, en el banquillo del Ramón Sánchez Pizjuán durante el último Sevilla-Celta. / EFE

El Celta confía en trasladar el efecto Giráldez a Balaídos, escenario en el que el conjunto celeste ha rendido esta temporada por debajo de sus posibilidades y en el que debe apuntalar en este tramo final de temporada la permanencia. El equipo vigués va a jugar como local cinco de los nueve partidos que restan y espera que la enorme corriente de ilusión que ha generado la llegada del louriñés al primer equipo se vea reflejada en el terreno de juego y en los resultados. De momento, el club ha colgado el cartel de “no hay billetes” para el estreno de Giráldez en casa, que estará precedido mañana de un multitudinario entrenamiento abierto al público en el estadio celeste.

El rendimiento del Celta en Balaídos no es mejor que el que el equipo celeste presenta lejos de casa. Los celestes han sumado como locales 13 puntos en 14 partidos, por los 14 que contabilizan en los 15 encuentros disputados a domicilio, el último en el Sánchez Pizjuán, ya con Claudio Giráldez al frente. En lo que se refiere a puntos, las diferencias son mínimas, con la salvedad de que al equipo se le ha visto más cómodo en general jugando fuera de casa.

El Celta empezó con el pie torcido en Balaídos y no consiguió mejoras tangibles hasta bien entrada la temporada. El debut frente a Osasuna (0-2) dejó traslucir ya algunos de los problemas que han lastrado el rendimiento del Celta como local: pobre balance defensivo por graves errores individuales y escasa pegada. Los errores en los minutos finales costaron puntos clave contra equipos como el Madrid o el Mallorca y durante no pocas jornadas el gol esquivó sistemáticamente al conjunto celeste. Su primer tanto del curso como local lo anotó el Alavés en propia meta, el equipo no marcó hasta la novena jornada (en el empate contra el Getafe) y no consiguió su primera victoria, gracias a un solitario tanto de Larsen al Granada, hasta mediados del mes de diciembre. Ganó luego el primer partido del nuevo año al Betis y no volvió a sumar de tres hasta hace tres jornadas, cuando derrotó con superioridad numérica al colista Almería. Dos de los tres triunfos sumados en casa se han producido ante los dos últimos clasificados de la tabla. A estas tres victorias hay que sumar los citados empates frente Alavés y Getafe y los firmados contra el Cádiz y el Sevilla.

Claudio Giráldez dirigirá cinco de los nueve partidos que restan en Balaídos impulsado por la ola de entusiasmo que ha generado su llegada al primer equipo. En contraste con Benítez, cuya dimisión pedía un amplio sector del público en cada nueva comparecencia, la comunión de la hinchada con el louriñés es absoluta. Pese a estar programado en plena Semana Santa y en un horario poco propicio, Balaídos ha colgado desde hace unos días el cartel de no hay billetes. El público aguarda con gran ilusión y enorme expectación el debut en casa de Giráldez, que mañana abre el entrenamiento al público para calentar motores.

Tras la visita del conjunto franjirrojo, deben pasar todavía por el coliseo celeste Las Palmas, Villarreal, Athletic Club y Valencia, que cerrará LaLiga. Lejos de Vigo esperan Betis, Alavés, Atlético de Madrid y Granada.