Un comodín para Rafa Benítez

Luca de la Torre gana protagonismo en su segunda temporada por su dinamismo y versatilidad | El estadounidense, a quien el técnico ha empleado en tres posiciones del medio campo, mejora sus prestaciones con creciente influencia en el ataque

Luca de la Torre se preparapara disparar. // RICARDO GROBAS

Luca de la Torre se preparapara disparar. // RICARDO GROBAS / j. bernardo

Luca de la Torre se ha convertido en una de los negocios más rentables del Celta en relación calidad precio. Incorporado por Luis Campos del modesto Heracles neerlandés por 1,8 millones como apuesta de futuro, el internacional estadounidense, de 25 años, ha cobrado un notable protagonismo en su segunda campaña en el conjunto celeste por su dinamismo y versatilidad. Residual para Coudet, que consideró su fichaje más un engorro que una opción, Carvalhal hizo de él una pieza importante en la rotación y este curso se ha convertido en un hombre casi fijo para Benítez, que lo ha empleado con interesantes prestaciones en tres posiciones distintas del medio campo: como medio centro (con dibujo de cuatro y cinco defensas), en banda izquierda y en banda derecha.

“Es un jugador que tiene un camino por hacer, que nos da competencia y tiene mucha capacidad para hacer cosas buenas para nosotros”, dijo el él el pasado curso el preparador luso, que lo utilizó principalmente en el flanco izquierdo y le dio pautas para mejorar su juego. “Me ha pedido que sea inteligente en la posición en que juego. Tengo que saber cuándo ir a por la pelota, cuando tengo que conservarla u ofrecerla. En suma, pensar más en mi posición desde un punto de vista táctico porque en la Eredivisie era un futbolista de conducción, coger la pelota y jugar”, explicaba propio Luca sobre el cambio que supuso para su juego su fichaje por el Celta. “Soy un futbolista que puede actuar en más de una posición. En los últimos partidos he jugado como interior por la izquierda y me siento cómodo, pero también he actuado en el doble pivote y también me gusta este puesto. Me gusta hacer las dos cosas, incluso jugar entre líneas para ayudar a la creación, como hago con la selección”, matizaba recientemente.

El jugador de San Diego suma más minutos en los 23 partidos que ha jugado con Benítez (1.549) que en los 28 que disputó todo el pasado curso (1.483). Esta temporada se ha perdido apenas dos encuentros –no estuvo por sanción en el Estadio Gran Canaria contra las Palmas y faltó por lesión en el duelo en casa contra el Sevilla en Balaídos– y ha sido suplente otros tres: en la jornada inaugural contra Osasuna, ante el Granada en Balaídos y en la visita del Celta a Son Moix. Luca acumula 18 titularidades en diferentes demarcaciones: 12 en el eje de la medular (donde ha compartido protagonismo tanto con Fran Beltrán como con Renato Tapia), 3 en el flanco derecho y 3 en el costado izquierdo.

Tras aportar solo dos asistencias el pasado ejercicio, Luca se ha estrenado este curso como goleador en LaLiga (contra Osasuna), ha marcado dos goles en la Copa (contra el Valencia y la Real Sociedad) y es, con 4, el segundo del equipo en asistencias tras Iago Aspas. A esta mejoría ofensiva, ha contribuido el empeño de Benítez en que pise más el área contraria y muestre mayor atrevimiento en el lanzamiento a puerta. “Desde el principio aprecié sus características y cualidades, que me gustaban mucho. Lo bueno es que tanto él como yo sabemos las cosas que tiene que mejorar y las está trabajando y mejorando. Le pedía que tenía que llegar al gol con más determinación y lo está haciendo. Es mucho mérito suyo”, valoraba la pasada semana el preparador celeste.

Luca agradece los consejos que le ha dado Benítez y explica que se esfuerza para cumplir para sus peticiones cada jornada. “Trabajo mucho para llegar al área cinco o seis veces cada partido. Algunas veces el balón te va a llegar y otras no, pero cuando llego al área trato más de buscar el gol” explicaba el californiano, cuyo valor de mercado casi se ha duplicado (ha pasado de 1,8 a 3 millones) desde su llegada a Vigo.

Conectado con la grada

Pese a llegar la pasada temporada a una Liga y un país nuevos, Luca de la Torre, de padre canario, se ha adaptado rápida y fácilmente a la vida en Vigo y no ha tardado conectar con la afición del Celta. A esta complicidad ha contribuido de forma decisiva su costumbre de celebrar cada victoria celeste metiéndose entre pecho y espalda una generosa ración de pulpo, uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía gallega. “Después de una de las primeras victorias que conseguimos comí pulpo, colgué un post y volvimos ganar. Con la broma ya sentía la presión de hacerlo cada vez que ganábamos”, relataba el californianoP sobre esta curiosa costumbre que ya se ha convertido tradición para la hinchada celeste.

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