Benítez recibe el primer aviso del celtismo

Parte de la afición cuestiona la continuidad del técnico tras la penosa imagen que ofreció el Celta en la eliminatoria de Copa

Benítez, en elpartido del martes ante la Real Sociedad. // R. Grobas

Benítez, en elpartido del martes ante la Real Sociedad. // R. Grobas / J. conde

Balaídos despidió la jornada de la eliminación de la Copa del Rey del martes con un cántico, “Benítez, vete ya”, como respuesta al enfado generalizado en las gradas por la pésima imagen ofrecida por el Celta ante una Real Sociedad que se mostró muy superior a un rival que regaló un gol en el primer minuto de juego y careció de ideas para intentar superar un duelo que le abriría la puerta a su duodécima semifinal de la Copa del Rey. Ante la mala trayectoria en LaLiga, el celtismo se había ilusionado con la competición copera tras eliminar al Valencia en Mestalla, pero los de Benítez no dieron la talla en esta ocasión y el técnico acabó siendo cuestionado por buena parte de la afición. Su crédito está agotado con el celtismo pero no con el club, que transmite su confianza en el trabajo del madrileño, al que ahora le espera un complicado camino en la competición regular, donde continuará peleando por evitar el descenso.

La ilusión del celtismo por la temporada del centenario se rompió definitivamente el martes después de que la Real Sociedad eliminase al Celta del torneo copero (1-2). En apenas seis meses, Benítez agotó la paciencia de una afición que sufre en LaLiga pero esperaba disfrutar mucho más de la Copa, al menos como cuando en 2017 el equipo llegó a las puertas de su cuarta final. “Rafa, a paciencia esgótase”, escribía ayer la peña Tropas de Breogán en las redes sociales. El más significativo colectivo de la grada de animación, a la que jugadores y técnicos acuden al finalizar los partidos para rendir cuentas antes de marcharse a los vestuarios, expresaba así una idea generalizada tras los dos esperpénticos espectáculos que el Celta dio ante el equipo txuri-urdin. El poco nivel competitivo ofrecido por los célticos en esta ocasión animó a una parte de la afición a reclamar a Claudio Giráldez como entrenador del primer equipo celeste. Benítez, por su parte, no quiso valorar estas protestas tras el partido: “Estoy bastante centrado en lo que pasa en el campo”.

Al mismo tiempo, muchos aficionados se preguntaban si la presidencia del Celta contemplaba la destitución del técnico madrileño. En A Sede de Príncipe continúan defendiendo la apuesta por un Rafa Benítez que firmó un contrato por dos años y un tercero opcional. La contratación del madrileño fue una apuesta personal de Marián Mouriño, antes de asumir el revelo de su padre al frente del club, y no se espera un cambio de dirección deportiva. La Copa no era un objetivo y en LaLiga el equipo ha sacado la cabeza tras muchas jornadas entre los tres últimos. Además, las cuestiones económicas adquieren una gran relevancia en el caso de Benítez porque su destitución supondría un desembolso próximo a los 9 millones de euros brutos para el club. En todo caso, la entidad asume las explicaciones del técnico de que la Real Sociedad es ahora mismo muy superior al Celta, como se comprobó en los dos duelos de Balaídos en cuatro días.

El veterano y laureado entrenador se decantó finalmente el pasado verano por el proyecto céltico, a pesar de que clubes europeos con mayor poder financiero se interesaron también por su contratación. Valoró por encima de todo el madrileño la apuesta más prolongada en el tiempo que le ofrecían en Vigo para intentar construir un equipo sólido, a su medida.

La contratación de Benítez, junto al estreno del himno de C.Tangana, se convirtió en una de las noticias más ilusionantes para el celtismo en el año de la celebración del primer siglo del club que surgió de la unión del Fortuna y el Vigo Sporting. El buen juego de los célticos en el arranque del curso y los malos arbitrajes evitaron las críticas hacia el banquillo por los pésimos resultados que mantuvieron al equipo en las últimas posiciones de la tabla. La Copa llegó al calendario céltico como una oportunidad para volver a ilusionarse por un equipo que seguía contando con el apoyo incondicional de una afición que continúa casi llenando Balaídos cada semana.

Tras la inesperada victoria en Valencia con un equipo plagado de canteranos, a los que cada vez se les ve menos en LaLiga, el celtismo se volcó de nuevo para organizar un gran recibimiento al equipo en las afueras de Balaídos. No hubo dudas en realizar otro esfuerzo por arropar a los jugadores, aunque el partido se jugase la noche de un martes de invierno. Balaídos lució ante la Real Sociedad como en aquellas inolvidables noches europeas. Y no se esperaba menos de un equipo que había ofrecido tan buena imagen en Mestalla.

Pero todo se derrumbó en el primer minuto de partido. El Celta tampoco supo reaccionar al inesperado gol de Oyarzabal y ofreció una imagen lamentable durante toda la primera mitad sin inquietar ni una sola vez a Remiro. Benítez no ofreció soluciones hasta el descanso. Permitió que un recién llegado como Jailson disputase más minutos que Aspas o Larsen en el partido más importante del Celta desde la llegada a Vigo del técnico madrileño, que tras este grave tropiezo en la Copa recibe el primer aviso serio de la afición.