La nueva vida de Carlos Domínguez

Pese a que casi nadie contaba con él, Carlos Domínguez se ha convertido en una de las sorpresas más agradables del arranque de temporada del Celta. Tras brillar en la pretemporada, el canterano, aún con ficha del filial, se ha asentado inesperadamente en la defensa de tres centrales desplegada por Rafa Benítez en estos primeros partidos de Liga, relegando al banquillo a un tipo de tanta jerarquía en estos años como Joseph Aidoo.

Algo de ello se podía intuir ya la pasada temporada, cuando Carlos Carvalhal tiró por sorpresa del joven central vigués con el Celta jugándose la vida a una carta frente al Barcelona en la última jornada de Liga. Su férreo marcaje a Lewandowski, la estrella azulgrana, resultó clave en la victoria celeste y permanece aún grabado en la retina de muchos aficionados. Algún tiempo después, Carlos Mouriño se mostraba entusiasmado con la actuación del canterano y reclamaba para él mayor protagonismo: “Hay veces que a los chicos de la cantera lo que hay que darles es la oportunidad. Todo el mundo dijo que había hecho un marcaje espléndido a Lewandowski, pero Carlos lleva toda la temporada en el equipo. Lo que sucede es que no lo habían puesto”.

No le faltaba razón al presidente del Celta y la pasada pretemporada, ya con Benítez al cargo, confirmó las buenas expectativas del futbolista para hacerse con un hueco el equipo. Domínguez respondió a la confianza del técnico con brillante desempeño en el marcaje a delanteros de tanto fuste como Cristiano Ronaldo o Gonçalo Ramos, entonces en el Benfica y al cabo de unas semanas por una millonada al PSG. Solo Alexandre Lacazette, la estrella del Lyon, se lo hizo pasar mal. Benítez tomó nota, pero en un primer momento no estaba claro si el vigués iba a seguir el próximo curso a caballo entre el primer y el segundo equipo o si se le buscaría una cesión que le garantizase los minutos que necesitaba para crecer.

Benítez eligió contar con él y el fichaje del internacional sueco Carl Starfelt no alteró los planes del técnico. Domínguez seguía en nómina, pero se desconocía qué papel podía jugar el zaguero vigués en un Celta reforzado y ya con LaLiga en marcha. Y lo cierto es que nada se supo de él hasta el cuarto partido. Benítez arrancó frente a Osasuna con línea de cuatro y repitió esquema de partida en el Reale Arena, pero cambió en tras el intermedio a defensa de tres centrales y las buenas prestaciones ofrecidas en el segundo tiempo contra la Real Sociedad lo convencieron de la necesidad cambiar su apuesta en los siguientes partidos.

En la siguiente cita, frente al Madrid, Domínguez permaneció, sin minutos en el banquillo, pero su suerte cambió en la cuarta jornada, coincidiendo con la visita al campo del Almería. Benítez lo alineó en el perfil izquierdo de la línea y mantuvo su apuesta en la siguiente jornada en casa contra el Mallorca en perjuicio de Aidoo, que frente a los bermellones se quedó sin minutos por primera vez este curso después de tres suplencias. Antes del partido, cuando se le preguntó por la suplencia del internacional ghanés, el entrenador celeste la atribuyó a una cuestión de competencia y dejó claro que la llegada de Starfelt y el crecimiento de Domínguez habían encarecido la lucha por el puesto.

No son estos dos partidos que Carlos ha encadenado como titular el periodo más largo en el once del defensa vigués. La plaga de lesiones sufrida por el Celta en el ocaso de la temporada 2020-21 propició su titularidad en los últimos cuatro partidos de Liga, que jugó completos y a buen nivel. Coudet le dio la alternativa en La Cerámica y su buena respuesta le permitió conservar los galones en los posteriores compromisos contra el Getafe, el Barcelona y el Betis.

Pese a su buen desempeño en el final del curso anterior, el protagonismo del defensa central de As Travesas con el primer equipo celeste decayó, casi hasta desvanecerse, en las dos siguientes temporadas, en las que su juego sí tuvo trascendencia en el filial. Coudet le dio 440 minutos en 8 encuentros en el curso 21-22 y apenas 1 minuto, en la tercera jornada frente al Girona, la pasada temporada. Carvalhal lo empleó solo 16 minutos en Balaídos contra el Valladolid antes de darle la titularidad en el último partido contra el Barcelona. Su recorrido con Benítez está por descubrir, pero todos los indicios apuntan a que no será corto.