La fiesta de la calle

A las 19:23 (la hora era un evidente guiño al año de nacimiento del Celta) se encendieron las bengalas en la explanada de Tribuna donde varios cientos de aficionados se congregaron para celebrar de manera casi improvisada el centenario del club.

Una reacción a la ausencia de un acto colectivo organizado por el club en un día tan señalado y también una forma de entender el celtismo, que siempre agradece la compañía de los suyos en los días importantes. En los buenos y en los malos.

Marea celeste en Balaídos por el centenario

Ganas de abrazar, de felicitar, de compartir un sentimiento. Y por eso acudieron a Balaídos a compartir una cañas, a cantar el himno de hoy de C.Tangana y el de ayer; de repetir los cánticos que resuenan en Balaídos y de censurar lo que no gusta.

“Nós somos o celtismo” repetían entusiastas entre bailes, canciones, abrazos y cañas. Hubo tartas con un cien bien grande, velas para apagar, hubo “cumpleaños feliz” y sobre todo la impresión de que ahora comienzan otros cien años igual de apasionantes que los cien que ya son historia. Y sobre todo hubo niños, muchos niños. Ellos son el seguro de que la máquina de fabricar celtistas no dejará de producir.

Ellos son los encargados de preparar a la generación que tendrá la suerte de vivir el siguiente centenario. Con la misma pasión que hoy, con la misma ilusión de siempre.

A última hora, un impresionante bengaleo, con decenas de antorchas iluminando el contorno del estadio, parecía el epílogo perfecto. Pero había una sorpresa más. Cuando se apagaron las bengalas de humo encarnado y todo parecía haber terminado, comenzó una inesperada tirada de fuegos artificiales que pusieron el broche de luz, color y sonido a esta efeméride.

La fiesta, esta vez por parte del club, retomará sus actos este viernes durante la previa del partido del Real Madrid, con música y diversas actividades.