El Celta amarra la salvación

Un gol de Aidoo en el último minuto da una sufrida victoria a los vigueses ante el Elche que sirve para sellar de forma virtual la permanencia

R.V.

El Celta respira al fin aliviado. Un cabezazo de Aidoo en el último minuto dio a los vigueses una victoria que vale una permanencia aunque sea de forma virtual. Justo cuando surgían ciertos fantasmas por la insistencia de los rivales y la mala racha de los vigueses, apareció el remate salvador del mejor jugador de los célticos, de quien mantuvo la calma cuando a su alrededor crecían los nervios.

El Celta pareció animoso en el arranque, como si hubiese borrado cualquier posible cicatriz a causa de la serie de cuatro partidos sin ganar que acumulaba. Y se lanzó al área de Badía con Paciencia (titular en vez de Seferovic) como cerrajero. El delantero ofreció un festival de recursos técnicos para celebrar su regreso al once inicial. Controles, cambios de juego, pura diversión… La fiesta se la arruinó Badía que intervino con acierto siempre que se le necesitó. Primero en un remate del delantero portugués y luego en el cabezazo de Mallo, el lanzamiento de falta de Tapia y un disparo de Iago Aspas con la derecha tras un buen pase desde la derecha.

Parecía el campo inclinado hacia un lado, pero el Elche no tardó en asumir un papel diferente. Desinhibido por la ausencia de ninguna exigencia clasificatoria, sin más preocupación que ir adquiriendo conceptos de cara al futuro, los ilicitanos comenzaron a encontrar la espalda de los laterales. Ataques rápidos, en pocos pases, con llegadas desde la segunda línea como recurso.

Y se sintió extraño el Celta en ese plan, incapaz de cortar la salida de balón del equipo verdiblanco. Daba la impresión de que no imaginaban algo así y por momentos anduvieron por el campo perdidos, sin encontrar soluciones ni a muchos de sus mejores futbolistas: sin noticia de Gabri, apenas nada de Iago y solo al final del primer tiempo apareció Carles Pérez para tirar algún eslalon peligroso. Insuficiente para cambiar el partido.

Segunda parte frenética

Tras el descanso el partido entró en una fase mucho más frenética. Jugaban demasiado los nervios y la tensión. Más allá de la intención, el Celta se sentía demasiado obligado. Se mezclaron las ganas con la precipitación. Y de ahí surgieron ataques tan bien intencionados como acelerados.

En uno de ellos los vigueses reclamaron un penalti por derribo a Carles Pérez pero el árbitro, tras ser llamado por el VAR, decidió que no era suficiente para señalar la pena máxima. Y un minuto después, otra vez el extremo catalán se encontró con el poste tras una gran jugada individual.

Pasaba el tiempo, aumentaba la exigencia y se disparaba la tensión. Carvalhal recurrió a todo lo que tenía en el banquillo y el Celta, de manera algo alocada, se fue en busca de un gol que no encontraba pese a su insistencia. Y cuando parecía que aquello era inamovible la insistencia de Galán encontró premio. Cervi puso un balón en el área donde Aidoo se adelantó a la acción de los centrales y conectó un cabezazo que permite respirar aliviado al Celta.