El Celta tratará de poner fin este sábado a una racha de cuatro partidos sin relación con la victoria en Mendizorroza, un campo históricamente inasequible para el conjunto vigués hasta la pasada temporada. Fue precisamente Eduardo, el Chacho, Coudet el que rompió un maleficio que había durado nada menos que 13 visitas al estadio vitoriano en la máxima categoría y lo hizo con una autoridad incontestable, aprovechando las debilidades del adversario para imponer sus mejores cualidades.

Desplegaron los celestes frente al Alavés todo el repertorio de virtudes que distinguieron el pasado curso al equipo del Chacho (agresividad en el quite, sincronía en la presión, velocidad combinativa y contundencia en la definición) y que esta temporada tan solo han asomado fugazmente en algunos partidos. En menos de 20 minutos, el partido estaba resuelto para los celestes, que perforaron en tres ocasiones el marco de Pacheco, perdonaron un cuarto gol antes del intermedio y gestionaron con inteligencia su ventaja cuando a la hora de juego se quedaron en inferioridad numérica por expulsión de Jeison Murillo. El tanto de Laguardia a cuatro minutos del final apenas maquilló un marcador histórico.

Nolito, en el minuto 8; Aspas, en el 15; y Mina en el 20, encarrilaron muy pronto el choque, lo que allanó notablemente el camino. Tal rapidez y eficacia contrasta notoriamente con los problemas de anotación con que el Celta se está encontrando esta temporada en los primeros tiempos. Solo en dos ocasiones se ha adelantado a su rival antes del descanso el Celta, que ha contabilizado 12 de sus 14 goles tras el intermedio.

No es la única diferencia. Con su triunfo en Mendizorroza, el Celta dejó prácticamente certificado el pasado curso la permanencia. Los de Coudet alcanzaron en la jornada vigésimo novena los 37 puntos que el curso anterior le habían garantizado la salvación y dejaban muy tocado al Alavés, que poco después despedía a su técnico, Abelardo Fernández, y ponía el equipo en manos de Javier Calleja, su actual técnico, con el objetivo (luego cumplido) de eludir el descenso.

No ha cambiado mucho el conjunto vitoriano con respecto al pasado curso. Joselu Mato, uno talentos canteranos que el Celta se vio obligado a vender para sobrevivir a los tiempos de estrechez que marcaron el proceso concursal, continúa siendo la principal amenaza del cuadro babazorro, que tiene otros de sus puntales ofensivos en el extremo zurdo Luis Rioja, que no hace mucho defendió la zamarra del filial celeste y que se ha hecho por derecho propio un hueco en Primera División con el conjunto vitoriano. En las filas babazorras está también el sueco John Guidetti, aunque el excéltico ha sido desde su llegada a Vitoria un actor secundario y este curso solo ha sido titular en uno de los siete partidos que ha jugado.

Javier Calleja mantiene esta temporada la columna vertebral del equipo (Pacheco, Duarte, Laguardia, Navarro, Ximo Navarro, Pere Pons, Rioja, Joselu) y ha incorporado savia nueva en algunas posiciones con las contrataciones del defensa central francés Florian Lejeune, el mediocentro sengalés Mamadou Loum y el extremo uruguayo cedido por el Manchester United Mauro Pellistri.