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Primeras partes nunca fueron buenas

El Celta se ha marchado al descanso con el marcador en blanco en trece de los catorce partidos que ha disputado esta temporada | Los celestes han anotado doce de sus catorce goles en los segundos tiempos

Los jugadores del Celta celebran el gol de Brais ante el Villarreal. // PABLO HERNÁNDEZ

La máxima de que las segundas partes nunca son buenas no va con el Celta. Muy al contrario, el conjunto de Eduardo, el Chacho, Coudet está empleando esta temporada los segundos tiempos para deshacer el lío en el que se ha enredado en los primeros. Al Celta, tal como el propio Coudet admitía tras el empate firmado el sábado contra el Villarreal, le está constando demasiado trabajo enchufarse a los partidos. “Somos el equipo que menos va por delante de LaLiga, lo tengo visto, y las cosas no pasan por casualidad. Es algo que mejorar. Tenemos que trabajar en la concentración, en la previa, en los arranques y ambición de inicio”, confesaba el preparador celeste tras el duelo frente a los de Unai Emery.

El dato es incontestable: el Celta se ha ido al intermedio con su marcador en blanco en 13 de los 14 encuentros que ha disputado este curso y ha recibido 10 goles en los primeros 45 minutos. Solo 2 de los 14 goles que contabiliza en su casillero, ambos al Real Madrid, los ha marcado el conjunto celeste antes del descanso.

Por alguna extraña razón, el Celta se siente más cómodo en los segundos tiempos. La mayoría de las victorias las ha resuelto el Celta tras el intermedio. Así ocurrió en los triunfos obtenidos en el Ciutat de Valencia frente al Levante (0-2), con goles de Iago Aspas y Brais Méndez en los minutos 66 y 85; en la goleada infligida al Getafe en el Coliseum (0-3), con la firma, por partida doble, de Santi Mina (minutos 51 y 73) y el moañés (minuto 53); o el único triunfo que el equipo ha logrado este curso en Balaídos, frente al Granada, gracias a un solitario tanto de Denis Suárez en el cuarto de los seis minutos de descuento concedidos por el árbitro.

En los dos últimos compromisos ligueros, ante el Barcelona y el Villarreal, el grupo de Coudet ha conseguido neutralizar la ventaja adquirida por los rivales, de forma épica frente a los azulgranas, igualando sobre la bocina una desventaja de tres goles, y de modo menos brillante ante los amarillos, gracias a la astucia de Brais Méndez para aprovechar un error del portero para sujetar un trallazo de Fran Beltrán. Con matices, en ambos partidos los celestes tiraron de amor propio para deshacer el entuerto, previa arenga del técnico en el entreacto.

En otros tres encuentros, todos en casa, contra Atlético de Madrid, Athletic Club y Cádiz, el Celta recibió goles en la primera parte y no fue capaz de equilibrar el marcador. Frente a los colchoneros, el tanto de penalti de Iago Aspas al inicio del segundo tiempo no bastó para igualar el doblete de Ángel Correa, que abrió el marcador en la primera parte y sentenció el choque rebasada la hora de partido. No mejor le fueron las cosas frente al Athletic, que se adelantó en el marcador por mediación de Iñaki Williams (minuto 34) y conservó sin sufrir su exigua ventaja porque el Celta, que tuvo el 61,1 por ciento de la posesión y no fue capaz de rematar una sola vez contra la portería de Unai Simón.

Más cerca del empate estuvo el grupo de Coudet ante el Cádiz, al que el partido se le puso muy de cara en Balaídos gracias a los goles anotados antes del descanso por el Choco Lozano y Alfonso Espino. El gol de Mina, que redujo distancias en el minuto 64, no bastó para evitar la derrota del Celta, que en los últimos minutos del partido estrelló dos balones contra la madera.

Se ha dado la circunstancia esta temporada de que el Celta ha sido superior a su adversario y ha perdido el partido en la segunda parte tras llegarse al descanso en tablas, como ocurrió en los compromisos disputados en Balaídos frente al Sevilla y la Real Sociedad, y a domicilio en el Martínez Valero frente al Elche.

El empate sin goles no ha sido habitual este curso, pero se ha dado en un par de ocasiones, ambas a domicilio, en los duelos ante Osasuna y Rayo Vallecano. Curiosamente, tras llevar tan solo un empate en las 13 primeras jornadas, el equipo vigués ha resuelto en tablas sus tres últimos compromisos ligueros.

El conjunto celeste convierte en un hábito la necesidad de remontar

El Celta ha convertido esta temporada la necesidad de remontar en hábito. Casi nunca ha navegado el grupo de Coudet con viento a favor y ello le ha impedido desplegar algunos de los aspectos que mejor domina del juego, como el contragolpe. El propio técnico se lamentaba de esta circuntancia el pasado sábado tras empatar, de nuevo remando contra la corriente, frente al Villarreal. “Siempre es más fácil jugar con los espacios por delante que con los espacios reducidos. No es una constante jugar mal todos los primeros tiempos. Salvo con Real Madrid, nunca hemos ido ganando un primer tiempo”, lamentaba el técnico, que se quejaba del desgaste que la necesidad de remontar un marcador adverso provoca a su equipo. “Somos un equipo valiente, que vamos, que buscamos, que remontamos, pero eso lleva a hacer el doble de desgaste, a nunca jugar con espacios, a nunca poder explotar los espacios como si nos juegan a nosotros después”, subrayaba el preparador céltico. Lo cierto es que los minutos por detrás en el marcador son muchos más que los que el Celta ha estado por delante en el partido este curso, especialmente en Balaídos, donde el equipo solo ha conseguido ganar uno de los ocho encuentros que ha disputado. Y el dato es demoledor: los celestes solo han ido por delante en el marcador como locales 3 minutos, del 94 al 97 en la agónica (y hasta ahora única en casa) victoria ante el Granada.

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