Abel Caballero ha tardado menos de 24 horas en reaccionar al guante que le tendió Eduardo Coudet tras el partido contra el Barcelona, mediando en el conflicto que desde hace varios años enfrenta al alcalde con el presidente del club, Carlos Mouriño a cuenta de la reforma de Balaídos y la decisión del club de construir en Mos su ciudad deportiva. “Estoy abierto al diálogo”, aseguró ayer el regidor vigués, que aprovechó la mano tendida por el técnico argentino para reinvindicar la condición netamente olívica del equipo celeste.

“Coudet me parece un gran entrenador. Hace un trabajo excepcional, mira contra el Barcelona qué forma de hacer un revulsivo. Yo siempre estoy abierto al diálogo. Lo que no estoy dispuesto es a que la Xunta de Galicia se lleve el campo del Celta para Mos. No estoy dispuesto a que Feijóo se lleve el campo para Mos. El Celta es de Vigo y juega en Vigo”, dijo Caballero, que volvió a ensalzar la reforma del estadio que acometen conjuntamente el Concello y la Diputación.