A lo largo de sus dos etapas en el Celta, Manuel Agudo Durán, Nolito, ha proporcionado al conjunto celeste 50 goles y 30 asistencias, una suculenta cifra que sitúa al extremo sanluqueño como uno de los atacantes más importantes del club celeste en el presente siglo. De sus pases de gol se celebra aún el maravilloso taconazo que permitió a Joaquín Larrivey acabar con más de siete décadas de sequía en el campo del Barcelona; de su medio centenar de goles, pese a no ser especialmente bello, se recuerda el anotado hace cinco años al Getafe, que ha dado al Celta el que por ahora es su único triunfo en el Coliseum Alfonso Pérez.

Ocurrió el 27 de febrero de 2016 con un equipo muy distinto al actual –además de Nolito solo sobreviven de aquel equipo en el actual plantel Mallo, Aspas y Rubén– y Fran Escribá al frente del banquillo azulón. A Nolito no se le habrá olvidado fácilmente aquel gol, no solo porque significase la única victoria que ha logrado hasta la fecha el Celta en terreno azulón, sino porque fue el único de los que ha anotado de cabeza con el conjunto vigués.

El remate de cabeza no es, de hecho, uno de los fuertes de Nolito. A lo largo de su carrera el extremo de Sanlúcar de Barrameda ha hecho apenas cuatro: uno al Mallorca con el Granada, el logrado con el Celta en el Coliseum, otro al Everton con el Manchester City y, curiosamente, uno al Celta con el Sevilla antes de volver a vestir de celeste.

El tanto que dio al Celta su único triunfo en el Coliseum se produjo en una acción a balón parado y decidió un partido en el que el Getafe había dispuesto de la mejores ocasiones para marcar. La acción partió de un saque de esquina botado por Orellana que el propio atacante chileno había forzado en la jugada precedente con un gran remate que obligó a lucirse a David Soria. El chileno colgó la pelota al meollo del área, donde Pablo, el Tucu, Hernández, se elevó sobre la zaga para prolongar de cabeza la pelota hacia al área pequeña. Allí esperaban Aspas y Nolito, pero fue el sanluqueño el que, libre de marca, peinó la pelota lejos del alcance del portero.

Fue una de las pocas alegrías que el Celta ha tenido en el Coliseum, convertido en todo un dolor de muelas para los celestes en esta última etapa en Primera División. Los celestes ha sufrido toda clase de percances y duras derrotas en el esquivo campo del Getafe. Allí se gestó el despido de Paco Herrera, perdió Luis Enrique con un once lleno de suplentes o fue expulsado Máxi Gómez con la doble amarilla más rápida que se recuerda. Visitar el Coliseum era para el Celta, sobre todo en tiempos de José Bordalás, como una visita al dentista. El balance es significativo: seis derrotas, tres empates y un solo triunfo en diez visitas, es decir, 6 puntos de 30 posibles en 10 partidos.

Nolito volverá el lunes a Getafe con la idea de volver a llevar al Celta al triunfo. En el once estará también Santi Mina, a quien Paco Herrera hizo debutar en el Coliseum en Primera cuando contaba solo con 17 años.