Los aficionados recelan de los estadios

La afición al comienzo del partido ante el Sevilla en Balaídos

La afición al comienzo del partido ante el Sevilla en Balaídos / Ricardo Grobas

La eliminación de restricciones de aforo no impide que la Liga rebaje a 19.996 espectadores la media de asistencia en los 18 partidos disputados en Primera

Los estadios de fútbol presentan más asientos vacíos que antes de la pandemia, al menos en las dos jornadas que se llevan disputadas en la Liga sin restricciones en el aforo. De los 18 encuentros de Primera División que se han disputado hasta el momento con acceso libre a las instalaciones deportivas, apenas siete superaron la barrera del 60 por ciento de ocupación. Balaídos se quedó muy cerca de ese porcentaje. con una asistencia del 58,9 por ciento de las butacas disponibles durante la visita del Sevilla, el Celta logró el octavo mejor porcentaje en cuanto a la respuesta de la afición. La cifra de 10.774 espectadores que acudieron al duelo entre gallegos y andaluces se quedó lejos, sin embargo, de los 15.000 que esperaba el club celeste y mucho más lejos de la que se hubiese registrado antes de la COVID-19. La última visita del Sevilla a Vigo sin el temible virus, en febrero de 2020, registró una entrada de 20.375 espectadores en Balaídos.

Ese partido se disputó una tarde de domingo, a las 18:30 horas, como el de la pasada jornada. El domingo pasado había aficionados que se quejaban de que el duelo entre el Celta y el Sevilla arrancase en plena sobremesa dominical (16:15 horas). Esa circunstancia pudo retraer a algunos espectadores. El club, por su parte, advertía días antes de la posibilidad de que la asistencia en Balaídos fuese más discreta de lo esperado en un principio. Apuntaba como posible motivo de deserción el miedo a las aglomeraciones que ha generado la pandemia. Entre el celtismo también se apuntaba al descenso del número de abonados, cifra que el club evita hacer pública después de que en el último balance cayese la masa social de 22.000 a unos 16.000 socios.

Los motivos pueden ser múltiples, pero lo que ha quedado claro en las dos últimas jornadas es que al fútbol le cuesta recuperar la capacidad de convocatoria de otros tiempos, al menos en España. La Liga ha ido perdiendo posiciones entre las preferencias de la audiencia tras el éxodo de figuras mundiales como Leo Messi y Cristiano Ronaldo. La competición, además, ha ofrecido pocos partidos atractivos en lo que va de campeonato. En el caso del Celta, se añade la incomodidad de un Balaídos con problemas de aparcamiento y con una instalación que se va reconstruyendo por fases sobre un proyecto sin fecha concreta de finalización.

De hecho, el aforo oficial de Balaídos es de 18.267 espectadores en estos momentos. El domingo pasado, sin limitación en el acceso, obtuvo el 58,9 por ciento de ocupación. Era la primera vez que el estadio vigués recuperaba la normalidad tras seiscientos días de restricciones por la pandemia. De los 18 partidos disputados en las dos últimas jornadas (se suspendieron el Granada-Atlético de Madrid y el Real Madrid-Athletic Club), el mejor registro de aficionados corresponde al Wanda Metropolitano. El Atlético de Madrid-Barcelona reunió a 60.594 espectadores, el 88,5 por ciento del aforo del estadio madrileño.

El peor registro corresponde al Elche-Celta, disputado el domingo 3 de octubre, durante el primer fin de semana que las autoridades sanitarias eliminaron las restricciones en los estadios. Ese día acudieron 11.299 personas al Martínez Valero, un estadio con capacidad para 33.732 personas.

Además del duelo entre rojiblancos y azulgranadas, la mejor respuesta de las aficiones en estas jornadas de normalidad se produjo en el Osasuna-Rayo Vallecano (81,5 por ciento de ocupación), en el Real Sociedad-Mallorca (81,2), en el Villarreal-Betis (71,1), en el Cádiz-Valencia (70,1), en el Granada-Sevilla (63,7) y en el Villarreal-Osasuna (63,1).Después aparece el Celta-Sevilla (58,9).

Los de menor respuesta de público, además del Elche-Celta (33,4), fueron el Espanyol-Cádiz (38,7), el Rayo Vallecano-Elche (46,2) y el Barcelona-Valencia (47,6). Sorprendió que el duelo entre catalanes y valencianos solo reuniese a 47.317 espectadores sobre un aforo de 99.354. Es una prueba más de que los espectadores recelan de los estadios tras la pandemia de coronavirus.

Méndez: “Ver Balaídos tan despoblado causa una sensación bastante triste”

La disminución de espectadores en los estadios de fútbol se pudo constatar desde el comienzo de esta temporada, cuando las autoridades sanitarias permitieron ocupar el 40 por ciento del aforo de las instalaciones deportivas. Después se pasaría al 60 por ciento, hasta que a principios de octubre se decidió que esos recintos abriesen sus puertas de par en par, ya con escasa incidencia en la propagación del coronavirus. Al inicio de la Liga quedó vacío el 17 por ciento de los asientos de los estadios españoles. Balaídos registró un 69,43 por ciento de ocupación. Eso le situaba en la decimosexta posición de los equipos de Primera. Hay que recordar que los horarios que la Liga ha impuesto al equipo vigués en lo que va de temporada tampoco suponen un aliciente para que los aficionados se animen a disfrutar del fútbol en directo con el mismo interés que antes de la pandemia.

“Claro que es un problema. Ver un Balaídos tan despoblado causa una sensación bastante triste. Todos los equipos están sufriendo el descenso de espectadores, pero nosotros un poco más pronunciado”, señalaba días atrás José Méndez, presidente de la Federación de Peñas del Celta a Radio Marca Vigo.

En las primeras jornadas del campeonato, la Real Sociedad, que lidera la clasificación, fue la más seguida por sus aficionados, que ocuparon el 98,61 por ciento del aforo del Reale Arena. Atlético de Madrid y Espanyol también contaron con gran fidelidad de sus socios, con el 93,59 por ciento de ocupación en el Wanda y el RCDE Stadium. Rayo Vallecano (42,83 por ciento), Elche (65,65), Villarreal (68,39) y Valencia (68,65) presentaron peores entradas que el Celta (69,43).

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