El Celta ha confirmado los malos pronósticos en torno a la lesión sufrida por Rubén Blanco el domingo en El Alcoraz. La resonancia magnética practicada ha revelado que el guardameta celeste tiene parcialmente fracturado el ligamento lateral interno de la rodilla izquierda. La lesión no va a requerir cirugía, pero mantendrá al portero mosense alejado de los terrenos de juego durante unas ocho semanas.

Rubén Blanco tuvo que ser sustituido en el descuento del descanso del partido contra el Huesca después de ser golpeado por Pablo Insúa en una acción en el área celeste. El jugador alzugrana desequilibró en el aire al portero celeste, que cayó en mala posición, echándose de inmediato la mano en la rodilla. Juan José García Cota, jefe de los servicios médicos del Celta, lo atendió sobre el campo y al momento se dio cuenta de que se trataba de un problema grave, tal como hoy han confirmado las pruebas.

La del domingo es la decimotercera lesión que sufre Rubén Blanco desde que se incorporó al equipo profesional del Celta en la temporada 2015-16. El mosense ha sufrido percances de diverso signo y gravedad que lo han mantenido fuera de juego durante un total de 467 días y le han hecho perderse nada menos que 62 partidos.