Óscar García quiere un equipo atrevido en el juicio final de Cornellá. Eligirá un once inicial, dentro de los recursos que sanciones y lesiones le dejan, en función de la disposición anímica. Lo anuncia con ese tono apagado y monocorde que resta expresividad a su discurso público. Pero está absolutamente convencido de que el equipo, tras varios fiascos, responderá en la hora de la verdad.

Óscar da la rueda de prensa antes del entrenamiento, con Araújo, Smolov y Aidoo en vilo. "Nos queda una sesión. Veremos si puede llegar alguno. De momento son seria duda y veremos si podemos contar con ellos". También admite que Murillo está tocado: "Tuvo una molestía física en los últimos minutos (ante el Levante). Veremos si está en condiciones de jugar mañana". Lo cierto es que la convocatoria no despejará interrogantes. Todos viajan a Barcelona, salvo Sergio y Rubén Blanco por la incomodidad de sus lesiones.

Óscar lamenta que el Celta, tras encajar un gol en siete partidos, haya recibido ahora trece en seis. "Nos habíamos convertido en un equipo difícil de batir, difícil de ganar. Durante el año he venido repitiendo que teníamos que ser más regulares a través del rendimiento. Los resultados vienen a través del rendimiento", reflexiona. "Nos encontramos en esta situación porque no hemos conseguido ser regulares. Se puede hablar de sistemas. Con cada uno atacas de una manera", indica sin revelar nada de sus planes.

"Jugar con miedo es lo peor que hay en el fútbol", acepta el técnico catalán sobre la disposición mental del equipo. "Quiero jugadores valientes, que tengan personalidad y nada les dé miedo; menos un partido de fútbol. Todos sabemos desde hace tiempo lo que nos estamos jugando. Al jugador que no crea lo tenemos que apartar. Nos queda un partido y tenemos que ser valientes. No podemos tener ninguna influencia negativa".

Abundando en la fragilidad defensiva, sabe que la victoria pasa por mejorar las prestaciones atrás respecto al partido contra el Levante. "Si encajas tres goles es muy complicado remontar, aunque estuvimos a punto de conseguirlo. Analizamos todos los partidos y todos los errores. Intentamos que no se vuelvan a repetir. Pero es un partido único. No hay más. Cualquier error puede ser complicado de solucionar. Pero tengo mucha confianza en los jugadores. Tienen que creer. Quiero poder mirarles a la cara y que ellos me miren a mí y saber qué jugador está dispuesto a darlo todo por esta camiseta, por este club y en este partido", arenga.

No se fía de la condición de descendido del Espanyol. "Espero lo mejor de todos los rivales. Lo más importante somos nosotros. Tenemos que hacer nuestro trabajo. Hemos tenido rendimientos muy buenos, como el día del Alavés o contra el Real Madrid, Barcelona y Atlético. Hemos tenido partidos muy buenos y otros no tan buenos, en los que nos ha costado ganar. Eso habla de la irregularidad. Si no, a día de hoy estaríamos salvados", recuerda.

En cuanto a la posibilidad de darle protagonismo a jugadores secundarios, como Pione, Pape o el Toro, conviene: "Todos los jugadores son importantes. Lo he dicho desde el día que llegué. Cuando hay bajas, otros tienen que dar un paso adelante. Espero que sean todos los que jueguen mañana, todos los que nos estén apoyando. Espero un buen partido de mi equipo. Hay que salir valientes y con personalidad. Cuando lo hemos hecho somos un buen equipo".