Ya se hizo de noche, pero nosotros no vamos a cenar como en la película de W.S. Van Dyke, sino que, al igual que en ella, vamos a intentar descubrir las responsabilidades que cada uno de los acusados tienen en el sufrimiento padecido durante toda esta temporada 2018-019, ya que tememos sea demasiado largo y tengamos que celebrar nuestro centenario en el infierno de Segunda División, cuando el celtismo de toda España espera hacerlo en Primera, como merece la historia de nuestro club. Los años pasados con anterioridad ya en Segunda División nos lo hacen temer así.

El primero de los responsables de los acusados es el presidente, que ya comienza la temporada embarcado en una guerra que no le va ni le viene al club. Con la cual trata de revalorizar mucho más las acciones de la sociedad, mientras que la otra parte desea, con ella, ganar más votos para su causa. El presidente amenaza con llevarse el club a Mos, provocando una gran alarma en el celtísmo. Situación ésta con la que ya se empieza la temporada un tanto descentrada, máximo cuando se piensa que la permanencia está asegurada y que jugar en Europa es un hecho. Todo lo que se pueda opinar sobre la marcha del Celta a Mos se puede aceptar a regañadientes. Pero lo que no es opinable, por no ser el momento, es esa "guerra" entre el regidor de la ciudad y el presidente del Celta, dado que hay tiempos mejores para y cómo solucionar este problema como el que estamos viviendo ahora sin peligro alguno de perder la categoría que ya tenemos. Pues lo primero y en lo único que debemos pensar es en mantenernos en Primera División. Lo de jugar en Europa se tiene que tomar como un premio que se te concede si haces una buena campaña para mantener la permanencia. Y eso, en espera de lo que diga el sorteo, por si sale del bombo un buen o mal equipo para la taquilla. Que es a lo único que realmente puede aspirar el Celta, cuando juega en Europa. Lo otro son cosas de trompeteros.

En el presidente del Celta, como tal, hay también otro gran fallo que contabilizarle, más por no saber que por otra cosa, como es el no haber nombrado un buen y fiel consejero, no secretario técnico, pendientes todos ellos más de sus representantes que del club que les paga, sino de todo el control del fútbol, sobre todo en fichajes, sistemas de juego, etc, para saber a lo que juega o va a jugar el técnico contratado. Dado que él no tiene por qué saber ni conocer nada de esto, ya que su labor, dentro del organigrama del club, es muy otra bien distinta. Aunque sí tiene la obligación, por bien de él mismo y por la del Celta, de saber y conocer, aunque sea muy superficialmente, todo lo que se "cuece" en fútbol que pueda repercutirle en su equipo, y por lo tanto en sus acciones.

No es nada difícil de poner en práctica, si se contrata a la persona adecuada para ser "fiel consejero" del presidente. Al que comenzará por hacerle ver que el trato con los abonados y demás celtistas no le va a acostar ni un euro más ni a él ni al club. Trato que también los empleados tendrán que guardar con todos los aficionados, inculcándoles que el club ni es de ellos, simples empleados, ni siquiera del presidente, dueño, eso sí, de la mayoría de las acciones, pero no del club, el cual solo pertenece a la fuerza que radica en el sentimiento de todo el celtismo gallego. Fuerza que impide, de muchas formas, trasladar al club fuera de Vigo, como se pretende. Lo que en mi época, con o sin sociedades, nadie osaría ni comentar, salvo que deseara ser un "apestado celtista", recluido para siempre en una isla solitaria, como un leproso de otras épocas. Al igual que puede impedir, ya lo hizo, saliendo a la calle todo el celtismo para reclamar lo que es suyo, pidiendo responsabilidades, tanto al regidor como a la banca, con sus votos y cuentas bancarias de todo el celtismo, por permitir que acontezca tal atropello, que incluso repudiará, no solo el celtismo local y de toda Galicia, sino el celtismo de esa localidad al que se pretende llevar al Real Club Celta de Vigo.

Y para demostrarles que todo vlub, grande o pequeño, puede ser un club señor, echo mano nuevamente de esa pequeña anécdota que me sucedió cuando al Real Madrid, Raimundo Saporta, al que no le gustaba el fútbol por ser un enamorado del baloncesto, le hizo un equipo señor del cual, el de hoy, está a mucha distancia. Aquella temporada el Español de Barcelona nos había eliminado de la Copa, por lo que, aprovechando el anticipado descanso, viajé a Sevilla con mi mujer, parando en Madrid para ver al Madrid-Valencia en partido copero. Al no querer pasar por la secretaría del Madrid a por un pase para ver el partido, me puse a la cola de una taquilla del estadio, junto a una de las puertas de entrada. Al cabo de un pequeño tiempo, me vi sorprendido por un señor de uniforme con gorra, que acercándose a mí me preguntó:

-¿Usted es Padrón, el portero del Celta?.

Cuando le confirmé que lo era, nos llevó, a mi mujer y a mí, hasta el palco donde estaban los suplentes del Valencia y otros invitados más, desde donde vimos el partido.

Esto me trae otra anécdota vivida en Balaídos, cuando era el quinto portero del Celta y estaba cedido al filial del Celta Casablanca. Habíamos jugado por la mañana y por la tarde fuimos a ver el partido entre el Celta y el Athletic de Bilbao de Zarra, Iriondo, Panizo, Gainza€ con el cual se había empatado 2-2. A la salida, como sucedía siempre que se ganaba o perdía, la gente esperaba a los jugadores para aplaudirles o recriminarlos. Como se había perdido un punto y el equipo luchaba para no descender, los jugadores retrasaban al máximo la salida o bien procuraban hacerlo muy discretamente. Cosa que no hizo el entrenador catalán Odilo Bravo. Nada más subir a su coche, de los llamados "topolino", los aficionados se avalanzaron sobre el pequeño auto para intentar darle la vuelta con las ruedas para arriba, lo que evitaron los guardias de asalto.

Esta es la diferencia de dos equipos a los que, a ninguno de ellos, les va a costar dinero tener un tratamiento señor, como Raimundo Saporta hizo que tuviera el Real Madrid, y él por qué no encontré a ninguno de los aficionados que me hablase bien del actual presidente del Real Club Celta de Vigo. Por lo que reclamo ese fiel amigo, consejero y asesor para el presidente.