Fran Escribá afronta el sábado su décimo partido al frente del Celta. La cara y la cruz de su breve trayectoria como entrenador del equipo vigués podrían representarlas los futbolistas Lucas Olaza y Fran Beltrán. El primero ha emergido como titular indiscutible con el valenciano después de quedar confinado a la grada durante los siete primeros partidos como céltico tras llegar en enero a Vigo cedido por Boca Juniors. Fran Beltrán, por su parte, ha visto menguada su participación en el equipo con el cambio de entrenador. El madrileño ha disputado un total de 22 minutos en los tres compromisos que Escribá le dio una oportunidad desde el banquillo. El joven centrocampista pasó de figurar como una de las revelaciones de la temporada a caer en el olvido: cinco suplencias y una ausencia de las convocatorias en los nueve últimos encuentros del Celta.

A Olaza le llegó su oportunidad en el Celta cuando David Juncà sufrió una lesión muscular en el Santiago Bernabéu, partido que el uruguayo tuvo que ver por televisión desde Vigo porque Escribá había descartado su convocatoria. El lateral uruguayo no pudo visitar de nuevo el estadio donde a principios de diciembre disputó los 120 minutos de la final de la Copa Libertadores contra River Plata. Fue el último partido oficial que Olaza disputó con Boca Juniors, que en enero lo cedió al Celta. En Vigo se encontró con un Miguel Cardoso que consideró que no estaba en condiciones ni siquiera de entrar en las convocatorias. Llegó a cuestionarse este refuerzo para una posición en la que Juncà pocas veces ofrecía su mejor versión y levantaba muchas críticas.

En el Bernabéu, el entrenador del Celta tuvo que recurrir a una solución provisional: situó en la izquierda al lateral derecho Kevin Vázquez. Cumplió el canterano, pero Escribá entonces buscó un recambio más natural para suplir la baja de Juncà, que todavía continúa recuperándose. La ausencia del catalán la ha aprovechado Olaza para acumular siete titularidades consecutivas. El único partido que no completó desde entonces fue el del Villarreal. Estaba fundido en los minutos finales y pidió el cambio en el minuto 88. Escribá reconoció el gran trabajo del joven lateral uruguayo en un partido vital para las aspiraciones del Celta por la permanencia en la élite. "Jugadores como Olaza también han hecho un partido extraordinario", subrayó desde la sala de prensa el preparador valenciano, que ya no buscó ninguna opción más para solucionar la baja de Juncà, al que le costará ganarse la titularidad cuando reciba el alta. Olaza acumula 628 minutos en siete partidos y suma una asistencia de gol a su compatriota Maxi Gómez. El lateral ha destacado por su sobriedad en defensa y sus centros al área rival.

La irrupción del lateral suramericano ha coincidido con la desaparición del once de Fran Beltrán. El joven centrocampista se convirtió en la sensación en el arranque de la temporada y se ganó el cariño y la admiración del celtismo. Hasta la llegada de Escribá, el madrileño acumulaba 25 partidos de Liga, de los que en 16 había sido titular, sumando además un gol ante el Athletic Club de Bilbao. Su facilidad para distribuir la pelota en el centro del campo convenció a Antonio Mohamed. El entrenador argentino apostó antes por el madrileño que por Okay Yokuslu, al que relegó a la suplencia en las primeras jornadas.

A Beltrán le perjudicó el trasiego de entrenadores. Perdió influencia en el equipo con Miguel Cardoso, que lo confinó a la suplencia en un principio y lo devolvió a once en alguna ocasión antes de mandarlo al banquillo en las dos últimas citas del portugués al frente de los célticos.

Peor le fue a Beltrán con la llegada de Escribá, que solo le ha dado la oportunidad de disputar unos minutos frente al Real Madrid (15 minutos), Atlético de Madrid (6 minutos)y Real Sociedad (1 minuto), en una clara tendencia descendente que ha estado salpicada por cinco suplencias sin intervenir y una ausencia de la convocatoria.

"Es un jugador de esos que siempre duele dejar fuera, porque da gusto verle entrenar cada día. Pero luego el partido me dio la razón, a mí no me gusta llevar muchos jugadores defensivos en el banquillo", justificó el entrenador del Celta después de no contar con Beltrán para la cita ante el Villarreal, el rival ante el que emergió Lucas Olaza. El uruguayo y el madrileño son la cara y la cruz de Escribá en Vigo.