El retorno de Iago Aspas a la competición ha sido una bendición para el Celta. Con su estrella al mando de las operaciones el equipo de Fran Escribá juega en otra Liga. Al compás de su batuta, no solo ha pegado un salto clasificatorio que le he sacado de los puestos de descenso, sino que presenta de los mejores números del campeonato y eso contando con que el moañés se perdió la única derrota firmada por los celestes en los últimos cinco partidos, frente al Atlético d Madrid, en el Wanda Metropolitano.

Tan solo el equipo que dirige Diego Simeone y el Valencia, con cuatro victorias cada uno, y el Barcelona (tres victorias y dos empates) presentan mejores números en este segmento del campeonato, mientras que el Real Madrid iguala los registros del Celta, con 10 puntos de 15 posibles.

Pero más que el Celta sostenga un ritmo de puntuación propio de un equipo de Liga de Campeones desde que Aspas volvió al verde, llama la atención la gran diferencia que el conjunto vigués ha conseguido marcar con respecto a los seis equipos implicados en la carrera pos salvar la categoría: el Villarreal, el Levante, el Valladolid, el Huesca el Rayo Vallecano y, desde su derrota en Balaídos el pasado sábado, también el Girona.

De los seis, es el conjunto de Javier Calleja el que mejor se ha manejado tras el Celta. Con su triunfo de ayer frente al Leganés en el Estadio de la Cerámica, el equipo amarillo ha conseguido casi la mitad de los puntos en juego desde que compareció en Balaídos (7 de 15), lo que le ha permitido auparse provisionalmente hasta el decimocuarto puesto, con un punto de ventaja sobre el Celta, que cierra la trigésimo tercera jornada decimoquinto.

La dinámica ascendente del conjunto de Escribá y, en menor medida del Villarreal, contrasta vivamente con los las grandes dificultades que han tenido el resto de los rivales de la zona baja de la tabla para sacar adelante sus partidos. Tanto es así que los celestes mejoran en cinco, seis, siete y hasta en diez puntos los números de sus perseguidores.

El caso más sangrante es el del Girona. El equipo de Eusebio Sacristán, que hace un mes parecía libre de todo peligro, se ha complicado la existencia con una racha negativa de cinco derrotas consecutivas que amenaza ruina. Los albirrojos son, de hecho, el único equipo de todo el campeonato que no ha conseguido sumar un solo punto en este tramo competitivo.

No mucho mejor le han ido las cosas al Levante, que hace poco tenía cierto colchón con la zona roja y apenas ha logrado sumar 3 puntos de los últimos 15, ni al Valladolid, el equipo que cierra los puestos de descenso y que ha conseguido otros tres.

Al Rayo Vallecano, penúltimo, y al Huesca, colista las cosas le han ido algo mejor, pero esta mejoría no les ha bastado limar mucha diferencia con los equipos que les anteceden en la tabla. El cuadro de Paco Jémez ha conseguido cinco puntos (entre los que destaca una victoria frente a un Valencia que llevaba 13 compromisos ligueros consecutivos sin conocer la derrota), mientras que el conjunto de Francisco ha sumado cuatro empates contra adversarios de diferente pelaje (Rayo Vallecano, Barcelona, Levante y Celta).

La batalla por la permanencia vive ahora una semana crucial, en la que se van a poner en juego 6 de los 15 puntos que restan por disputarse en esta Liga. A diferencia de la mayoría de sus rivales, los célticos afrontan dos desplazamientos frente a rivales de la zona media de la tabla, el Espanyol y el Leganés, con algunas opciones todavía de pugnar por la séptima plaza que seguramente dará derecho a jugar el próximo curso en Europa.

El Villarreal visita a la Real Sociedad y recibe al Huesca; el Girona se desplaza a Valladolid y se mide en Montilivi al Sevilla; el Levante recibe al Betis y visita el Camp Nou; el Valladolid visita el Wanda Metropolitano tras recibir al Girona; el Rayo Vallecano se desplaza al Sánchez Pizjuán y recibe al Real Madrid; y el Huesca se mide en El Alcoraz al Eibar antes de rendir visita al Estadio de la Cerámica.