Fran Escribá ya está al frente del Celta. El técnico valenciano ha aprovechado la rueda de prensa de su presentación, esta tarde en A Sede, para mandar los primeros mensajes a la afición y a sus nuevos jugadores. En primer lugar, ha querido transmitir confianza en la calidad de la plantilla y ha dado, en una pincelada, un diagnóstico de el porqué de la situación límite del club: "No es tanto un problema defensivo, sino de equilibrio. Este equipo puede atacar y defender bien".

El entrenador, reclutado para afrontar los últimos 12 partidos tras los naufragios de Antonio Mohamed y Miguel Cardoso, ha afirmado llegar a Vigo con "muchísima ilusión", después de rechazar otros proyectos que le han ofrecido en el último año y medio, tiempo que lleva alejado de los banquillos. Un periodo, ha explicado, que ha aprovechado para ahondar en su formación y realizar cambios en su equipo técnico. Al Celta llega con un segundo, un preparador físico y un asistente.

Escribá ha estado viendo partidos del Celta y ha comentado que, aunque la plantilla puede estar golpeada anímicamente, la ha visto "bien, con ganas" y "sin bajar los brazos" en ningún encuentro.

Asiduo al 4-4-2, el ex de Elche, Getafe y Villarreal ha asegurado que está abierto a utilizar otros dibujos en función de los jugadores disponibles -a falta de Iago Aspas, Maxi Gómez es el único delantero disponible- y que la "calidad" de la plantilla le permitirá dotar al grupo de "riqueza táctica".

"No lo sé, estoy tan ilusionado que me importa poco lo que pase después del 30 de junio", ha contestado a la pregunta de si se quedará la siguiente temporada en caso de lograr la salvación. Felipe Miñambres ha precisado después que el contrato está en vigor hasta fin de este ejercicio y que si el técnico "lo hace bien" el club estará interesado en su continuidad.