Te dirijo estas palabras, Polonia, presidenta de los abogados cristianos, confiando en que no resulten ofensivas a tus sentimientos religiosos, tan dignos ellos de protección divina como terrenal judicial. Y perdona que te tutee, lo hago porque soy seguramente más viejo que tú y con tu profesión, que no procesión.

Te escribo porque he leído que estás ofendidísima por una obra de teatro que en su título dice que dios tiene vagina, lo que es ciertamente inconveniente, pues sabido es que dios, como los ángeles, no tiene ni pito ni vagina ni nada que tenga que ver con el sexo, siempre promiscuo y pecaminoso cuando no se encamina a la procreación.

Y tras estremecerme con lo profundamente ofendida que te sentías -hasta el punto de llevar el asunto de la obra teatral a la fiscalía-, recabé en que, hablando de sexo promiscuo y pecaminoso, no recordaba ninguna declaración tuya en la que te mostraras ofendida por la pederastia de los curas, practicada por cientos de ellos durante muchísimos años; y por si tengo algún fallo de memoria, pongo en el buscador tu nombre junto a pederastia y curas, y solo me salen escándalos de curas católicos polacos. Y reflexiono yo, que tal vez tengas que replantearte el verdadero significado de víctima, ofensa, nimio, execrable? Y que lo mismo podrías dedicar profesionalmente tu tiempo y esfuerzo a luchar contra el abuso real y tenebroso, en vez de marear la perdiz con chorradas.Un saludo, colega.