Pide la Sra. Sánchez Camacho (PP) al presidente Mas (CIU) que no convoque elecciones para que los, según ella, "antisistema" no lleguen al Parlamento catalán y está en su derecho de pedir lo que crea conveniente, pero esta petición refleja el miedo que parece haberse apoderado de los grandes y tradicionales partidos tras el resultado de las pasadas elecciones municipales y autonómicas.

El convocar o no las autonómicas catalanas en septiembre es una prerrogativa que corresponde, única y exclusivamente, al Sr. Mas, pero lo que no parece demasiado coherente es el convocarlas a su conveniencia y mucho menos dejar de hacerlo por la razón de tratar de evitar la llegada de los "antisistema" a las instituciones democráticas.

El varapalo sufrido el 24 de mayo tanto por PP como por PSOE es histórico. El primero perdió más de dos millones y medio de votos y el segundo, un millón trescientos mil, con respeto a las generales de 2011 y lo peor, seguramente, está por llegar en las próximos comicios a las Cortes Generales.

En rueda de prensa, al fin, con preguntas de los periodistas, el Sr. Rajoy se enrocó como si de una partida de ajedrez se tratase y achacó los resultados, como siempre, a la herencia recibida y a que no han sabido comunicar bien sus "logros" en economía, poca autocrítica para tan decepcionante resultado, dice que no tiene en su mente modificar nada y que se presentará a las próximas elecciones generales; quizás en otro país ya hubiera dimitido.

El PP dejará de gobernar en no pocas comunidades autónomas y bastantes ayuntamientos al no ser capaces de pactar con los que llaman "antisistema". Algo debe ocurrir cuando nadie quiere pactar con ellos y no me refiero tanto a los que tienen una ideología contrapuesta sino a los que parecen más próximos y les imponen unas condiciones, a mi modo de ver, totalmente razonables, básicamente, pacto anticorrupción, candidatos elegidos en primarias y listas abiertas, en esencia, lo que se llama democracia interna.

Aducen también desde el PP que debe gobernar la lista más votada y es algo que vienen diciendo desde hace un tiempo, pero una cosa es predicar y otra dar trigo. Tuvieron una magnífica oportunidad en Andalucía, pero no la aprovecharon antes del 24 de mayo, quizás en aras de procurarse una especie de seguro por si los resultados se daban como al final se dieron, lo que no es más que una falta de madurez intolerable y que los ciudadanos, de alguna forma, han decidido castigar.

Ya es hora de dejarse de políticas de componendas y dejar de considerar que los votantes somos menores de edad. No, señores políticos, ya estamos avezados en mil batallas y aunque algunos tarden en reaccionar al final se dan cuenta de los incumplimientos.

¿Que gobierne la lista más votada? Si se cree que sí, debe llevarse a la práctica en el momento adecuado sin aplicar aquello del oportunismo electoral.