Dicen que el día de tu boda es uno de los más importantes de tu vida. Meses de planificación, organización y desembolso económico que pueden aguarse de un momento a otro. Hay nervios porque todo tiene que salir perfecto, así que intentas tener controlado, hasta el más mínimo detalle: las flores, las velas, la carpa, que los invitados estén cómodos, que la novia disfrute, que el novio llegue puntual al altar...
Precisamente este último, y pequeño detalle, es el que falló en la boda de Christine y Gannon Karmine, una pareja de Carolina del Norte, que se casó, aunque sin novio... y es que Gannon tuvo que ser ingresado en el hospital el día antes de la ceremonia por una intoxicación alimentaria.
Con los familiares ya casi a las puertas de la iglesia era imposible cancelar la boda, así que Chistine se puso manos a la obra y creó un maniquí, cuya cara era un iPad en videollamada directa con la habitación del hospital, donde Gannon, sonriente y ya casi recuperado, pudo dar el sí quiero, bailar con su mujer y hasta cortar la tarta de bodas.
El final feliz de esta historia fue grabado por varios de los asistentes que no se podrían creer la situación y compartido a través de redes sociales: el contenido se viralizó de inmediato.
