La idea de que la conducción se eleve desde el asfalto a las nubes se gesta desde hace lustros. El nuevo Air Car de Klein Vision es la propuesta que propulsará a quienes sueñan con hacerse con un automóvil de estas características.
En Arabia Saudí es una realidad, Miami fue la primera ciudad en construir un aparcamiento para este tipo de vehículo aéreo y en España se planteó que en 2022 formaran parte de nuestra movilidad pública habitual.
La idea fue el fruto de un proyecto europeo que, en colaboración con el gestor nacional de la navegación aérea, Enaire, pretendía hacer posibles que se realicen pruebas con aerotaxis en Santiago de Compostela y en Barcelona en 2022, lamentablemente la pandemia paralizó este proyecto pero la vuelta a la normalidad continúa y los coches voladores van a ser algo más que un recurso cinematográfico de Blade Runner.
El nuevo Air Car, volador y deportivo
La ambición de Klein Vision va más allá de crear el primer coche volador del mercado. Además de revolucionario y funcional la empresa quiso que también fuera estético. El nuevo coche volador se diseñó bajo las líneas de un deportivo de lujo.
Entre sus cualidades más llamativas deslumbran sus alas retráctiles, las superficies de cola plegables y el sistema de despliegue de paracaídas, entre otras.
Las superficies de cola plegables contribuyen a una mejor estabilidad longitudinal y características de despegue, que sería similar al procedimiento de un avión convencional. La diferencia: cuando el conductor utilice el modo automóvil, la cola retráctil da como resultado un tamaño más compacto.
Saldrán al mercado varios modelos: dos de tres y cuatro plazas, un bimotor y una versión anfibia.
El nuevo Air Car: a exámen
La primera ruta del coche volador transcurrió entre las ciudades de Nitra y Bratislava, un recorrido de 80 km que realizó en poco más de media hora a 762m de altura.
El vehículo carga un motor BMW de 1.6 litros que alcanza una potencia de 140 caballos y rinde una media de 170 km/h aunque su velodidad punta llega a los 200 km/h. Su peso supera la tonelada.
Las alas Air Car están ocultas en su carrocería y se despliegan en menos de 3 minutos, el tiempo que tarda este coche en convertirse en un avión.
El híbrido aéreo-terrestre se compone de varias unidades funcionales. Su fuselaje aerodinámico proporciona suficiente espacio para los pasajeros y, al mismo tiempo, contribuye a mejorar las características de elevación durante el vuelo, según informa la empresa en su página oficial.
Una de las pocas limitaciones del proyecto es que necesita una pista lisa de más de 300m para poder despegar en condiciones adecuadas, en cualquier caso es una cuestión logística que, de convertirse en un vehículo de uso habitual se presupone que tendrá una solución eficiente en cada ciudad.
El precio del automóvil todavía no está cerrado pero el precio medio de los coches voladores supera los 8 millones de euros.
