La producción de mejillón se desploma en Galicia

Era un secreto a voces que, en cuanto se hiciera balance, 2023 iba a resultar uno de los peores años de la historia para el sector bateeiro gallego.

Y ahora que, como cada primavera, se conocen las cifras totales del ejercicio anterior –una vez obtenidos los datos en el medio centenar de asociaciones productoras existentes–, puede decirse que 2023 ha sido, con diferencia, el peor de todos los tiempos.

Los datos que maneja el sector indican que en toda Galicia se habrían producido el año pasado 175.000 toneladas de mejillón; y algunos dirigentes de la industria incluso apuntan que puede ser una cifra menor.

Esos 175 millones de kilos de mejillón correspondiente a 2023 están por debajo, en cualquier caso, de las 251.000 toneladas producidas el año anterior, de las casi 233.000 logradas en plena pandemia, y de las 255.000 toneladas de 2019.

Lo que está claro es que lo sucedido en 2023 nada tiene que ver con ejercicios históricos por todo lo contrario, como fueron 2018, cuando se rozaron las 279.000 toneladas de mejillón en las bateas gallegas, y 2017, con 267.000 toneladas.

En los años anteriores siempre se habían superado, con creces, las 200.000 toneladas, salvo en los ejercicios de 2013, que se quedó en 183.000;y en el de 2008, que rozó las 189.000.

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Mención especial merece un año 2006 que quizás no se repita nunca, ya que el sector bateeiro gallego se había quedado a las puertas de las 300.000 toneladas, que se antoja algo impensable a día de hoy.

Sin cría

En definitiva, que 2023 no solo pasará a la historia por la “guerra de la mejilla” derivada de las enormes dificultades encontradas para conseguir la cría que los bateeiro necesitan para encordar sus viveros.

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Un problema, por cierto, que este año no se registra, ya que esa semilla es abundante y de calidad.

También pasará a la historia, como queda dicho, por esa baja producción de “oro negro” de batea, achacable tanto a la debilidad y mala fijación de la cría recogida en 2022 como a la subida de las temperaturas del agua, ya que provocó un irregular y pésimo desove del molusco en los viveros flotantes.

12.000 con sello

Evidentemente, ese descenso de la producción total hasta las 175.000 toneladas lleva implícita una brusca caída del “oro negro” certificado y diferenciado con la marca de calidad Denominación de Origen Protegida (DOP) Mexillón de Galicia.

En este caso hay que hablar de solo 12.000 toneladas con etiqueta DOP en 2023, frente a las 27.000 del año 2022 y las 45.000 de 2021 .

Un descenso progresivo de mejillón certificado que se arrastra desde que en 2019 se alcanzó el techo de 56.000 toneladas certificadas, bajando en el año de la pandemia a 50.000.

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