Mildiu, black rot y vegetación adventicia ocupan al viticultor

La llegada del buen tiempo permitirá combatir plagas y "malas hierbas"

Manuel Méndez

Manuel Méndez

El viñedo, aunque iniciando todavía la brotación, se encuentra en un momento delicado que obliga a extremar la vigilancia.

Sobre todo teniendo en cuenta el desigual desarrollo vegetativo del mismo, con sustanciales diferencias entre unas subzonas productoras y otras, e incluso dentro de los mismos espacios de producción, dependiendo siempre de factores como el tipo de suelo, la orientación de las parcelas y su mayor o menor exposición a las adversidades meteorológicas.

En algunos viñedos la brotación empieza a abrirse camino con fuerza.

En algunos viñedos la brotación empieza a abrirse camino con fuerza. / M. Méndez

Ya se había explicado que el mildiu ha empezado a aparecer y que es necesario iniciar los tratamientos contra esta plaga y otras enfermedades conocidas, como es la black rot, dirigiendo las intervenciones en las plantas que la padecieron la temporada anterior.

Pero hay que advertir, igualmente, de un exceso de vegetación adventicia, es decir, las siempre conocidas como “malas hierbas”; plantas o flores que crecen en el viñedo de forma espontánea y poco o nada tienen que ver con las cepas.

Los técnicos de campo y/o enólogos advierten de esta situación, y tanto las bodegas como el grueso de los viticultores se disponen a ponerse manos a la obra para acabar con esa invasión vegetal en cuanto cesen las lluvias. Sobre todo porque la subida de las temperaturas favorecerán su desarrollo.

Subida del mercurio

Dicho de otro modo, que en cuanto se dispare el mercurio en los termómetros, tal y como se anuncia para los próximos días, se multiplicará tanto el crecimiento de la vegetación propia del viñedo como de la adventicia.

Al igual que se redoblará el trabajo del sector para eliminarla y aplicar los tratamientos fungicidas, que muchos ya realizaron durante el pasado fin de semana.

También la Estación Fitopatológica de Areeiro (EFA) advierte del “exceso de volumen” de la vegetación adventicia en unos viñedos que, en muchos casos, sobre todo en O Salnés, se encuentran ya en estado fenológico F, es decir, de racimos visibles; cuando se empiezan a ver las inflorescencias rudimentarias en la extremidad del brote.

Incluso hay muchas parcelas en estado G, que hace referencia a los racimos separados, cuando las inflorescencias se alargan y se presentan separadas y espaciadas a lo largo del brote y los órganos florales aún permanecen aglomerados.

Vegetación desarrollada

Partiendo de tales calificaciones, los técnicos de la EFA ya advertían hace días del riesgo de expansión del mildiu y de la necesidad de empezar a tratar en las viñas con una vegetación más desarrollada, e independientemente de si habían aparecido las primeras manchas de la enfermedad o no.

Un tratamiento inicial con mucho de preventivo que, cabe insistir, hasta ahora tenía que centrarse en algún fungicida sistémico que ayudara a proteger también los nuevos crecimientos de las vides y, por supuesto, que no se lavara con las lluvias.

Precipitaciones que ya no van a interferir a partir de ahora, gracias al cambio del tiempo que se espera desde hoy mismo, y van a facilitar los nuevos tratamientos.

También se espera que cese el viento, para que estas aplicaciones fungicidas sean más efectivas y menos peligrosas.

Aunque la EFA mantiene el consejo de realizar esos tratamientos con pistola y no con atomizador. Si se usa este último lo mejor es hacerlo sin accionar el ventilador, “para evitar que el producto sea arrastrado por las corrientes de aire fuera de los brotes a tratar”

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