La escuela unitaria de Solobeira se resigna a su cierre ante la falta de alumnos

El 20 de marzo concluye el plazo de inscripciones y necesitan cuatro matrículas más para alcanzar la cifra necesaria de 6 menores de 3 a 5 años | Guillán también en dificultades

Instalaciones de la escuela unitaria de Solobeira que pueden dejar de funcionar a partir del próximo septiembre.

Instalaciones de la escuela unitaria de Solobeira que pueden dejar de funcionar a partir del próximo septiembre. / Iñaki Abella

En Vilagarcía existen cuatro escuelas unitarias que, han actuado durante los últimos años, como pilares fundamentales para la educación temprana de niños de 3 a 5 años. Los centros de Aralde, Guillán, Bamio y Solobeira llevan durante décadas facilitando y potenciado la primera escolarización a muchas familias, tanto en términos económicos como demográficos.

La baja natalidad se ha convertido en un enemigo muy difícil de combatir para la supervivencia de estos centros. La Consellería de Educación exige unos mínimos en cuanto a ratios. Solo seis menores son necesarios para mantener las escuelas unitarias abiertas, pero la situación es límite en alguna de ellas a escasos días de que el próximo 20 de marzo se cierren los plazos de inscripción.

La situación más complicada es la que rodea a la escuela unitaria de Solobeira. Con solo dos alumnos confirmados para el próximo curso, se enfrenta a una encrucijada desalentadora. La continuidad de este centro educativo se tambalea debido a que el ratio representa un desafío muy difícil para la parroquia vilagarciana.

La escuela de Solobeira suma muchas décadas de actividad.

La escuela de Solobeira suma muchas décadas de actividad. / Iñaki Abella

Mientras los plazos de inscripción se agotan, la profesora titular, Cristina Pazos, expresa su preocupación ante la perspectiva que se cierne sobre la escuela. “Estamos peor que el año pasado”, lamenta Pazos. “Me quedan solo dos alumnos y 4 es muy difícil de conseguir. No pasó nadie en todos estos días de inscripción. Este año no hay gente, pero lo que sí sabemos es que la habría para el próximo curso”.

La ubicación del centro se ve como un inconveniente debido a la baja población del lugar. La profesora tiene claro que “hacer que cuatro niños se matriculen, a pocos que puedan parecer, en Solobeira es una cifra muy difícil de conseguir. Se pueden matricular familias de cualquier sitio, pero las familias son más partidarias de tener a los niños cerca de casa y no tener la necesidad de coger el coche”.

El pesimismo es una cuestión que se deja ver en el ánimo de Cristina Pazos. “Es imposible que alcancemos el ratio. Desgraciadamente lo doy por perdido”. Todo ello, a pesar de los esfuerzos previos por revitalizar la escuela, incluyendo trabajos de mantenimiento realizados por el ayuntamiento, parece que el destino de Solobeira pende de un hilo.

A pesar de estos desafíos, la profesora titular destaca las ventajas distintivas de la escuela unitaria a la hora de ayudar a niños y familias. La atención individualizada que ofrece, gracias a su reducido número de alumnos, permite un enfoque pedagógico más personalizado. “No es lo mismo tener 5 alumnos que 20”, explica Pazos. “Puedes hacer 1.000 salidas y mil actividades”, añade. Además, entre las bondades incluye la gratuidad de los materiales educativos proporcionados por la escuela que alivia la carga financiera de las familias, demostrando un compromiso con la equidad educativa. El entorno natural que rodea a estos edificios es otra de las cuestiones positivas que se suman a la elección de las familias por esta primera escolarización.

Cristina Pazos, profesora de la escuela de Solobeira.

Cristina Pazos, profesora de la escuela de Solobeira. / Iñaki Abella

Sin embargo, estas ventajas no pueden eclipsar la incertidumbre que rodea el futuro de Solobeira. Con una población local envejecida y una baja tasa de natalidad, el centro enfrenta desafíos estructurales que han persistido a lo largo de los años. A pesar de los esfuerzos por mantener viva la tradición educativa en este lugar de Vilagarcía, la realidad muestra un futuro sombrío más que delicado.

Si la situación que envuelve al futuro de la escuela de Solobeira es más que complicada, en Guillán las dificultades son también notorias. Si bien el ratio mínimo de 6 matrículas se alcanza, e incluso tiene visos de subir en, al menos, una alta más, la tendencia a la baja se constata año tras año.

Remedios Doval, profesora actual en el centro, apunta que “este año tenemos 8 alumnos, pero dos se van. Hay una matrícula a mayores, pero podemos tener hasta 20 plazas”. Con un horario de nueve de la mañana hasta las 14.00 horas, la unitaria de Guillán también ha sido renovada hace bien poco con todas las ventajas que tiene la educación integral de niños en edades tempranas.

Por delante últimos días de inscripción para aclarar las dudas de un futuro incierto.

Bamio y Aralde tienen garantizada su continuidad

La apuesta de las familias por el tipo de educación integral que ofrecen las escuelas unitarias sí se mantiene en los centros de Aralde y Bamio. Ambos tienen garantizada su continuidad el próximo curso al superar el ratio obligatorio de seis alumnos.

Cristina Temes, profesora de la unitaria de Bamio, reconocía que “vinieron como unas seis familias a interesarse por matricular a sus hijos. Es una buena señal, porque es precisamente en los últimos días del plazo cuando más gente suele pasar a preguntar”.

Instalaciones de la escuela unitaria de Bamio.

Instalaciones de la escuela unitaria de Bamio. / Iñaki Abella

Con muchas familias que apuestan por Bamio pese a residir en Vilagarcía, la continuidad segura de siete menores del curso todavía en vigor ya evita cualquier tipo de fantasma de cierre en Bamio. 

Tiene bien claro Cristina Temes que elegir una escuela unitaria lleva añadidas varias plusvalías. “Lo fundamental el entorno en el que está la escuela. Además, hay una educación muy individualizada. Los niños más pequeños aprenden muy rápido y los mayores ganan valores como la empatía, ayudar, trabajo cooperativo. Luego está el entorno que te ofrece muchas posibilidades. Aquí tenemos de todo, tenemos mar y monte para poder salir cono los alumnos y se disfruta mucho de todo lo que rodea a la escuela”.

La presencia de profesores especialistas es otra de las normas en la dinámica diaria de las escuelas unitarias. Ello, sumado al objetivo de la integración con el entorno y el medio ambiente, garantiza los propósitos fundacionales de las escuelas unitarias. En algunos casos, como el de Solobeira, con cerca de medio siglo de actividad que ahora se ve seriamente amenazada en cuanto a su futuro más cercano.

En Aralde la tranquilidad respecto al mantenimiento del centro también está asegurado. Maite Gallego, profesora actual, deja claro que “ahora mismo tenemos 12 alumnos, se van cinco, pero ya tenemos tres nuevos alumnos. De momento, no tenemos problema, pero se nota la baja natalidad”.

Suscríbete para seguir leyendo